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Elecciones 2000

Pimentel culmina su brusca marcha con la ausencia en la toma de posesión de su sucesor

Manuel Pimentel culminó ayer su brusca marcha del Gobierno del PP no asistiendo al acto oficial de toma de posesión de Juan Carlos Aparicio, su sucesor al frente del Ministerio de Trabajo. Aparicio, que se comprometió a la máxima transparencia en la investigación del caso Aycart, detonante de la dimisión de Pimentel, dejó patente el deterioro de las relaciones con un sonoro silencio sobre la figura y la gestión del dimisionario. En contraste, Pimentel hizo una ronda por las sedes de los sindicatos UGT y CCOO y de la patronal CEOE para despedirse de sus dirigentes. Acudió solo y en taxi.

El ya exministro recibió ayer al nuevo titular de Trabajo en la puerta del departamento, cuando Juan Carlos Aparicio regresaba del Palacio de la Zarzuela después de jurar su cargo ante el Rey a las 10.15. A continuación, Pimentel le acompañó al despacho y en privado le pasó el relevo. Al acto oficial de toma de posesión, con la presencia de los altos cargos del departamento, invitados de otros ministerios y la prensa, no asistió. En el plano personal, todo sigue igual; en el político, el distanciamiento ha quedado patente.La explicación dada por los portavoces de Trabajo sobre la ausencia de Pimentel es que así lo habían pactado la noche anterior el nuevo ministro y el dimisionario, y que en ningún caso se había tratado de un desplante. Pimentel, al parecer, había considerado conveniente no acudir al acto para evitar roces y porque entendía que el protagonista debía ser Aparicio.

Olvido de Aparicio

En todo caso, se ha tratado de un gesto inhabitual en los relevos de altos cargos. También lo ha sido que Aparicio no mencionase en ningún momento a Pimentel. Máxime cuando en sus brevísimas palabras citó a Javier Arenas, el primer ministro de Trabajo del PP y ahora secretario general del partido; a los principales responsables del departamento, y a los altos cargos de Interior, Administraciones Públicas y Sanidad, así como a su familia. Después comentó que no había mencionado a Pimentel porque miró a las personas allí presentes y él no estaba.

Un olvido que no tuvo para recordar que la gestión del ministerio en favor de la mejora del empleo y de la protección social no hubiese posible sin la labor de Javier Arenas; del subsecretario de Trabajo, Marino Díaz Guerra; del secretario general de Empleo, Juan Chozas; y de la secretaria general de Asuntos Sociales, Amalia Gómez. Un grupo con el que Aparicio, hasta ahora secretario de Estado de la Seguridad Social, ha compartido las responsabilidades del departamento durante estos cuatro años de gobierno del PP, y del que también ha formado parte Manuel Pimentel. Primero como secretario general de Empleo y, en los últimos trece meses, como titular de la cartera de Trabajo, hasta el pasado sábado, cuando presentó a Jose María Aznar su dimisión por carta después de haberla anunciado a la prensa.

Ese día, Pimentel ya comentó al término de la conferencia de prensa que, una vez culminasen los días, u horas, como ministro en funciones, se despediría del coche oficial, cogería un taxi y se marcharía a la estación del AVE, rumbo a su casa de Córdoba. El plan lo cumplió ayer, aunque antes se acercó a las sedes de UGT y Comisiones Obreras y de la patronal CEOE.

Los dos sindicatos subrayaron de nuevo su enorme sintonía y las relaciones fluidas y respetuosas que han mantenido con el ministro dimisionario. El presidente de los empresarios, José María Cuevas, afirmó tras su encuentro que "de la gestión de Pimentel en los cuatro años que ha formado parte del equipo de Trabajo han sido significativos los compromisos logrados con la patronal y las centrales en favor del empleo y del mantenimiento de un clima de diálogo social".

Durante la reunión con la ejecutiva de CCOO, Antonio Gutiérrez regaló a Pimentel un libro en el que se recoge la campaña que ha realizado el sindicato contra el racismo y la intolerancia, precisamente un campo en el que Pimentel ha mantenido señaladas discrepancias en las últimas semanas con los sectores duros del PP y del PSOE.

El líder de UGT, Cándido Méndez, no pudo estar presente en la despedida del exministro con su sindicato porque fue organizada con precipitación y se encontraba en Alicante. Allí afirmó que "el abuso de confianza" de un alto cargo de Trabajo es "el detonante" de la dimisión de Pimentel, "pero no la única causa de fondo". Para Méndez, hay "una falta de sintonía absoluta y total" entre Pimentel y el presidente del Gobierno, José María Aznar. Aludió, en este sentido, a los sucesos racistas de El Ejido (Almería), tras los cuales el exministro apostó "inequívocamente por la integración social plena de los inmigrantes como trabajadores y ciudadanos y reprobó las conductas xenófobas".

El líder de UGT cree que "a la hora de optar entre el comportamiento de los mensajes por la tolerancia de Pimentel o el comportamiento racista del alcalde de El Ejido, eligieron la intolerancia del alcalde".

Explicación de Aycart

El causante oficial de la dimisión de Pimentel, Juan Aycart, cuya esposa es copropietaria de una empresa de formación que ha recibido 2.000 millones de pesetas en subvenciones públicas del Inem, declaró ayer en Tele 5 que está "dolido porque Pimentel era un buen ministro y una bellísima persona". Y añadió: "Pimentel ha tomado una responsabilidad, pero yo creo que el tema estaba claro. Desde el punto de vista de mi responsabilidad, era pedir mi dimisión, porque Pimentel creía que había una incompatibilidad. La incompatibilidad la tenía declarada, pero él ha considerado que hay una responsabilidad política y ha tomado su decisión. Y así están las cosas".

Sobre el caso Aycart, el nuevo ministro, Juan Carlos Aparicio se comprometió ayer a hacer públicas las conclusiones de la investigación abierta en su ministerio desde el momento en que se conoció el supuesto caso de corrupción descubierto por la Cadena SER. En cualquier caso, avanzó que, según los datos de que dispone, no se está "ante una cuestión de legalidad". "Estamos más bien ante la pérdida de confianza en un colaborador. Eso es muy distinto a la búsqueda de escándalos o irregularidades, que a algunos les haría muy feliz, pero que en este caso saben que no tiene ningún fondo", dijo Aparicio.

No opina así la oposición, que insiste en que Aznar debe dar explicaciones de forma inmediata a pesar de que el presidente del Congreso, Federico Trillo, decidiera anoche rechazar una convocatoria extraordinaria de la Diputación Permanente solicitada por el PSOE, IU, PNV y Grupo Mixto.

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