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Bienvenidos al Palacio Euskalduna

El País

Un año después de la botadura simbólica del Palacio Euskalduna -frustrada, porque hizo falta llegar al tercer intento para que la botella de cava estallar al chocar contra la pared- nadie recordaba ayer que el auditorio y palacio de congresos de Bilbao heredó su nombre de los astilleros que ocuparon el solar hasta los años 80 y su forma, del casco de un barco. En la fiesta de inauguración oficial del 19 de febrero de 1999 todo estaba relacionado con los ancestros navales del lugar; hasta fue elegida para el programa musical la obertura de El buque fantasma, de Wagner. Ayer, en cambio, el Palacio Euskalduna celebró su primer cumpleaños con una jornada de puertas abiertas teñida de romería.Desde antes de las 11 de la mañana sonaban las dulzainas y bailaban al son de la música los gigantes de una comparsa de Deusto contratada para la ocasión. La posibilidad de conocer las tripas del palacio de congresos atrajo a un buen número de curiosos. La organización de los festejos del primer aniversario les ofrecía una visita guiada.

Para conseguir un lugar en los primeros recorridos de la mañana hubo cola. En grupos de 30 personas personas los visitantes pasearon por el palacio, desde el auditorio a la terraza del último piso, acompañados por un guía que en 20 minutos les explicaba las esencias del edifico salpicadas de datos sobre la historia del edificio. La demanda de visitas guiadas no decayó hasta mediodía y las salidas de media tarde estaban cubiertas con antelación. Cada 10 minutos y sin interrupción hasta las seis y media de la tarde, los grupos partieron desde el sótano del edificio en busca de sus secretos.

Entre los visitantes hubo muchas personas mayores y niños, gentes que en un año no habían tenido oportunidad de entrar al flamante Palacio Euskalduna ni para asistir a un congreso, ni a escuchar las óperas de la ABAO ni los conciertos de la Orquesta Sinfónica de Bilbao. Quienes acudieron a la jornada de puertas abiertas no habían sido convocados a ninguno de los actos que ha mantenido ocupado el palacio el 90 % de los días transcurridos desde su inauguración, con la asistencia de más de 230.000 personas.

Más de 1.200 visitantes tomaron parte ayer en las visitas guiadas, pero muchas más fueron por libre a ver las instalaciones, el recital lírico que se ofreció en el auditorio en sesiones de mañana y tarde o el espectáculo de payasos programado.

Euskalduna cambió de público por un día. La fiesta del primer aniversario ganó a la inauguración oficial, por lo menos, en color. Si hace un año los trajes oscuros de los invitados eran dominantes, ayer los pasillos estaban llenos de chaquetas rojas, verdes o amarillas, ropa deportiva y lacitos en las coletas de las niñas. Entraron al Euskalduna hasta quienes no sabían lo que se cocía dentro. "Estabamos de paseo, oímos música y hemos entrado a descansar un ratito", decían Luis y su esposa Celia. "Lo poco que hemos visto nos parece inmejorable", añadían.

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