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Ford despide a 1.500 empleados de su planta británica para combatir el exceso de capacidad productiva

Ford confirmó ayer el cierre de un turno de producción en la planta Dagenham, al noreste de Londres, como un primer paso para combatir el exceso de capacidad y la caída de beneficios en Europa. El plan se ejecutará el próximo agosto y afecta a cerca de 1.500 empleados, de una plantilla total en torno a las 8.000 personas, dedicados al ensamblaje del modelo Fiesta para los mercados británico e irlandés."Con un turno único trabajando cinco días completos a la semana, Dahenham podrá cubrir la demanda total de unidades con el volante a la derecha en el futuro", señaló el presidente de Ford Europa, Nick Scheele, en conferencia de prensa.

La multinacional estadounidense inicia con los inminentes despidos la primera fase de un plan estratégico para limitar los costes de su estructura en Europa y adecuar el exceso de capacidad productiva, que se estima entre el 25% y el 30%. La caída de beneficios en 1999 hasta los 28 millones de dólares, frente a 193 millones de dólares registrados el ejercicio anterior, a pesar de un aumento en la facturación, hizo saltar la alarma en la sede central de Detroit.

Scheele puso en marcha una revisión de las actividades en Europa, cuyos resultados espera tener en un par de meses. "Tendremos entonces una visión completa del panorama europeo. Pero no había más alternativa que actuar en este momento", señaló Scheele en respuesta a las críticas de los sindicatos británicos.

En la factoría Ford de España, se respiraba ayer tranquilidad y confianza en que los próximos recortes no afectarán a la planta valenciana de Almussafes. Dentro de la estructura europea, Almussafes lidera en cotas de productividad y fabrica uno de los nuevos modelos, el Focus, de gran aceptación entre el consumidor y un segundo, el KA, en regimen exclusivo.

La productividad de Dagenham, inferior a la planta de Colonia, destino de fabricación del nuevo modelo Fiesta, ha sido determinante en la eliminación de uno de sus dos turnos actuales. Este factor sumado a la revalorización de la libra, que repercute en un aumento de los gastos en torno al 28% respecto a los competidores de Ford, y a un enfriamiento de las relaciones laborales colocó a la planta británica en una situación dificil. "La demanda es el factor prioritario en nuestra decisión, la posición de la libra y las relaciones industriales son secundarios", confirmó Scheele.

Los sindicatos británicos acogieron con rabia este nuevo golpe contra la industria automovilista. Creían haber asegurado el futuro de la plantilla de Dagenham, al colaborar, hace dos años, con el cierre de la factoría Ford en Halewood, donde se montará un modelo deportivo de Jaguar. "Necesitamos conocer si existe una amenaza real de cierre en el futuro. Está visto que es más fácil y barato despedir a empleados británicos que a los del resto de Europa, pero no estamos dispuestos a que nos traten injusta o desproporcionadamente", señaló el sindicalista Tony Woodley.

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