El día de Sant Jordi se convertirá en una semana del libro con descuentos del 10%
Sant Jordi, día del libro y de la rosa, 23 de abril de 2000, será diferente al de los años anteriores: cae ni más ni menos que en domingo de Pascua, en Semana Santa. No hace ni dos días las gentes del libro lo daban por perdido. Pero ayer se llegó a un acuerdo: no se ha perdido un día, sino que se ha ganado una semana. Libreros, editores y distribuidores decidieron ayer celebrar Sant Jordi desde el lunes 17 al domingo 23 de abril.
Durante una semana se aplicará en todas las librerías de Cataluña un descuento del 10% en la compra de libros. Los tradicionales puestos en la calle estarán instalados el 23 de abril, aunque se estudia aún si se pondrán también el sábado 22.El acuerdo está aún pendiente de ser ratificado por el plenario de los libreros. Ellos van a ser quienes den verdaderamente el do de pecho en este macrodía de Sant Jordi, pues deberán estar al pie del cañón durante toda la Semana Santa.
Tanto este sector como los otros dos colectivos implicados, editores y distribuidores, confían en recibir ayuda institucional y en que se organice una gran campaña de información. El lema de este larguísimo día de Sant Jordi será, según informó ayer Oriol Serrano, de Les Punxes, representante de los distribuidores en la Cámara del Libro: "Que los ciudadanos, si están de vacaciones en algún lugar de Cataluña, puedan comprar libros con descuentos y que si los escritores están de vacaciones en algún lugar de Cataluña, puedan firmar libros".
Hay esperanzas también de que Barcelona, que suele quedar desierta en Semana Santa, siga siendo la gran sede de la fascinante fiesta del libro y de la rosa y que ésta atraiga, como en años anteriores, a gentes de la ciudad y también de fuera.
De lo que no cabe duda es de que los próximos meses serán intensos por lo que respecta a la fiesta del libro. El próximo jueves 24 empieza la Setmana del Llibre en Català, que durará hasta el 5 de marzo. Luego la semana de Sant Jordi y después la Feria del Libro.
Llegar al acuerdo de convertir Sant Jordi en una semana ha sido un proceso duro y laborioso. Las negociaciones entre libreros, editores y distribuidores empezaron en octubre pasado. Todos recordaban que hace años, por motivos similares, se decidió trasladar la jornada de Sant Jordi al 27 de abril, día de la Virgen de Montserrat, y que fue un desastre de principio a fin: la ciudadanía pasó olímpicamente. En esta ocasión los editores propusieron desde el principio que el día de Sant Jordi se alargara a una semana, pero los libreros, que son quienes han de realizar el mayor esfuerzo, no estaban por la labor. Sí estaban de acuerdo en que se hiciera así en comarcas, pero no en Barcelona, donde aducían que no se iban a comer un rosco. Unos y otros llegaron ayer a un pacto. Al final, si la cosa no se tuerce, habrá una larga fiesta del libros para todos en toda Cataluña.
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