"Un completo"
Entra en el sueldo. Además de dictar resoluciones, inaugurar instalaciones, presidir plenos, despachar a altas instituciones, asistir a encuentros públicos y ejercer el mandato por cuatro años, un alcalde también ha de recibir en su despacho a la Miss local. Es una ciudadana más que representará a Almería en calidad de no se sabe qué o quién en una suerte de subasta pública televisada que volverá, un año más, a marear al personal con el concepto de belleza. Pero el alcalde, Santiago Martínez Cabrejas, en un gesto más de cercanía y accesibilidad hizo un hueco en su agenda el pasado jueves para recibir a María del Mar Alonso Giménez, aspirante almeriense a la más guapa de entre todas las guapas de España.La conversación con María del Mar y su asesora de imagen, la esteticista Eva Payés, extirpa cualquier reserva sobre si la chica, de 19 años y con unas medidas de 93-62-94 (a fecha 10 de febrero), pudiera ser de otro planeta. Una sale de dudas cuando confiesa que lo que le gustan son los chicos morenos y con los ojos negros.
En la apasionante charla sobre la preparación física de Alonso, su esteticista explica las complicadas sesiones de tratamientos corporales, de rayos uva o de horas de gimnasio a la que Miss Almería deberá someterse hasta el día de la gran final en Fuengirola. Esto es, lo que los entendidos del gremio denominan "un completo": todo lo que naturalmente puede "mejorarla". Ya en el despacho, el alcalde recordó a la joven el papel de "mucha responsabilidad" que deberá ejercer los días 4 y 5 en Fuengirola. La esteticista, que no se separaba de ella, asintió y espetó: "Por lo menos prometer, promete".
Lo de la imagen, por exceso o por defecto, se cotiza alto en Plaza Vieja. Días previos al fructuoso encuentro entre alcalde y Miss, la concejala socialista de servicios Urbanos y Mantenimiento, Araceli Carrasco, hacía un llamamiento a la ciudadanía para que denuncie ante la policía local a los mendigos que buscan alimentos u objetos en los contenedores porque dan "mala" imagen y, sobre todo, porque esparcen la basura. Los pobres, necesitados de un completo estético como agua de mayo, habrán de tener más cuidado a la hora de hurgar entre lo que ya nadie quiere. Ellos, que como María del Mar no se sabe a qué o quién representan, suscitan sin saberlo corrientes a favor y en contra de su existencia misma.
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