El túnel más oculto de la fábrica más secreta del rey
Patrimonio descubre en el Retiro una galería de casi un kilómetro que unía la Real Fábrica de Porcelanas con Atocha
En pleno corazón de Madrid se ha descubierto un túnel secreto que a su vez era parte de la fábrica más secreta de Carlos III (la de porcelana del Buen Retiro). Los arqueólogos de la Consejería de Educación han descubierto ahora, en pleno Retiro, la galería que unía la Real Fábrica de Porcelana con un punto en las afueras de la capital en el que hoy se levanta la estación de Atocha. Se calcula que su longitud puede superar el kilómetro, y su hallazgo se considera fundamental para desvelar uno de los enigmas mejor guardados por la monarquía de los siglos XVIII y XIX: la composición de la porcelana.Esta industria, que fue levantada en 1760, buscaba introducir en España una tecnología punta. Para conseguirlo, el rey trajo expertos de todo el mundo con el fin de poner en marcha una manufactura que se convertiría en elemento estratégico para el desarrollo del país. La fábrica, cuando estuviese acabada, podría competir con las mejores manufacturas del mundo. Por su importancia, fue declarada secreta y nunca pudo ser visitada por nadie ajeno. Durante la guerra de la independencia, las tropas del general Wellington la destruyeron, ya que no deseaban que las manufacturas españolas compitiesen con las británicas.
Apenas se conocen hoy en día detalles de su interior. Los únicos datos disponibles hacen referencia a la descripción de su entorno, al lugar exacto de su ubicación y a las grandes proporciones del edificio que la cobijaba. Recientemente, algunos estudios financiados por el Ministerio de Cultura, la Consejería de Educación y el Ayuntamiento han permitido conocer mejor en qué consistió el complejo secreto de la Real Fábrica del Buen Retiro. La consejería que dirige Gustavo Villapalos ha logrado en los últimos meses recuperar con gran exactitud el aspecto exterior de la industria y su funcionamiento. El hallazgo de la galería ha sido posible porque, desde hace dos años, Comunidad y Ayuntamiento colaboran en la reconstrucción de la noria y la alberca que servían para elaborar la cerámica. Pero un hecho fortuito cambió recientemente las investigaciones. Junto a la noria se descubrió un pozo de unos ocho metros de profundidad que conectaba con la enorme galería de casi dos metros de altura.
Este túnel servía como salida de aguas de la fábrica. Como la industria era secreta, y para evitar que los residuos pudiesen ser analizados por los competidores, se trazó una gran salida que desembocaba directamente en un arroyo de las afueras de la ciudad. Así se evitaba también que los nocivos caolines de la porcelana afectasen a la población. La galería, según los documentos de la época, recibía el nombre de Mina del Arroyo.
La importancia del descubrimiento estriba en que podrán analizarse con las técnicas del siglo XXI los restos de la cerámica sin cocer que se evacuaron durante casi medio siglo.
Crisoles
Según los expertos consultados, la composición exacta de la porcelana del Buen Retiro sigue siendo aún una incógnita porque las piezas existentes no se pueden romper para analizarlas. Pero ahora todo puede cambiar de una forma radical. Entre los elementos hallados durante la reconstrucción de la noria, y los que aún se conserven en el túnel, la porcelana real dejará de ser secreta. En la boca del corredor se ha encontrado uno de los crisoles utilizados para elaborar esta especial cerámica.
Por el momento, sólo los bomberos del Ayuntamiento han entrado en los primeros 100 metros de la galería. Han comprobado que en su interior existen gases tóxicos, por lo que los trabajos se han ralentizado. Igualmente, la Brigada del Subsuelo del Cuerpo Nacional de Policía, que inspecciona a diario los cientos de kilómetros de alcantarillado, ha reclamado su inspección por motivos de seguridad. El túnel atraviesa, según los primeros estudios, el parque del Retiro desde las inmediaciones de la estatua del Ángel Caído, el paseo del Prado y concluye en las cercanías de la estación de Atocha. Los técnicos de la Consejería de Educación no descartan que algunas ramificaciones se adentren en otras zonas. Pero no saben dónde.
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