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Entrevista:DAVID TORRESESCRITOR

"Al describir el Polo o la India, en el fondo escribo de Madrid"

Antonio Jiménez Barca

De David Torres (Madrid, 1966), Javier Reverte comenta que es uno de esos pocos escritores "que se animan a bajar a los infiernos". Otros amigos añaden que es uno de esos raros seres envenenados para siempre por el tóxico de la literatura. En su primera novela publicada Nanga Parbat (Editorial Desnivel), Torres, además de ganar un premio, describe una ascensión a una de las montañas más peligrosas del Himalaya. Por supuesto, Torres no ha viajado nunca a Paquistán, pero cuenta la escalada como si hubiera nacido allí. Ahora acaba de presentar Donde no irán los navegantes (Editoral Sial), un volumen de cuentos también premiado que reúne relatos atravesados todos por un elemento común: el lado tenebroso de la vida y el final infeliz. Por ahí circulan, entre otros atormentados, vampiros, abuelas asesinas y enamorados que reciben hermosos mensajes de ultratumba.Pregunta. ¿Por qué siempre terminan mal sus cuentos?

Respuesta. Pues no lo sé. Supongo que si yo supiera eso no los escribiría. Ahora bien, sí me gustan ese tipo de relatos de núcleo fantástico, de aliento adolescente. En el fondo, nunca he dejado de ser un adolescente. Y tampoco es verdad que todos, todos, terminen mal. El del vampiro, por ejemplo, termina bien... para el vampiro.

P. ¿Por qué escribe?

R. Porque sí, porque es algo que tienes que hacer, porque considero que hay historias que merece la pena que sean escritas. Pero no todo es escribir. Publicar también es muy importante. Además de que alimentas el ego, esas historias, para que existan verdaderamente, necesitan de los lectores, que los lectores las hagan suyas. Hace poco, una chica que había leído el libro de cuentos me confesó que no había podido dormir después. Ése ha sido el mejor elogio, mejor que cuanquier crítica buena.

P. ¿No siente necesidad de escribir historias más cercanas?

R. En el fondo, cuando describo la soledad del Polo o la de un desierto indio, estoy escribiendo sobre la soledad de Madrid en agosto, que ésa sí que la he vivido, y mucho, se lo aseguro.

P. Y ahora ¿a qué se dedica?

R. Estoy terminando, junto a un amigo que es escalador, Rafael Conde, un libro, mitad novela, mitad ensayo, sobre la figura del británico escalador George Mallory, que murió en el Everest en 1924 sin que se sepa si subió o no a la cima. Tengo otros muchos proyectos y muy poco tiempo. Trabajo de vendedor en una librería: vivir de la literatura es imposible.

P. Dicen que ahora lo es menos.

R. No. Por mucho que se diga, a los escritores jóvenes o primerizos se les ayuda muy poco. Casi nada. Y un buen ejemplo soy yo: tengo una novela terminada que tras dar un montón de tumbos inútiles por un gran número de editoriales ha regresado al cajón de donde salió.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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