Enterrado en la intimidad el cuádruple asesino de El Cabanyal
Apenas una veintena de familiares y allegados acudieron ayer al funeral y al entierro de Ramón Tatay, el perturbado que el pasado domingo acabó a tiros con su vecina, dos policías y un bombero en el barrio de El Cabanyal, en Valencia, antes de ser abatido. El funeral se celebró en este mismo barrio, en la parroquia de San Vicente Ferrer, a sólo 50 metros de la comisaría del Marítim en la que trabajaba uno de los policías que asesinó. Tras la misa se celebró el entierro en el cementerio de El Grau.Entre los asistentes figuraban dos hermanos de Tatay. Uno de ellos, Salvador, relató que el homicida se fugó de un psiquiátrico en Francia y confirmó que sufría alcoholismo. Este familiar detalló que la manía persecutoria de Ramón se agravó porque no se tomaba la medicación que le habían prescrito ya que "se le metió en la cabeza que lo iban a matar los médicos". Convencido de que querían envenenarlo "tenía candados hasta en la nevera", según su hermano. Pese a todo, dijo que tenía "temporadas buenas en que no se metía con nadie".
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