"El machismo en el medio rural vasco es alarmante"
La situación de los servicios sociales en el medio rural vasco ha centrado unas jornadas en Vitoria en las que han quedado patentes las carencias del sector. Maite Aristegi (37 años) presentó desde su perspectiva de baserritarra y sindicalista como secretaria general de EHNE un estudio que revela que estas necesidades se multiplican en el caso de las mujeres.Pregunta. ¿Cuál es el papel actual de la mujer rural vasca?
Respuesta. La mujer debe ser la base de un medio rural vivo. Nosotros veníamos constatando que, por múltiples razones y especialmente por la crisis agrícola, están surgiendo problemas relacionados con ámbitos sociales que afectaban especialmente a la mujer. Viene del hecho histórico y cultural de que es la mujer la que se preocupa de llevar la casa, de las labores del campo, además de las responsabilidades familiares.
P. ¿Qué problemas concretos han apreciado?
R. El descenso de población, la progresiva desaparición de los servicios en el medio rural y las situaciones de exclusión social que debe afrontar en muchos casos la mujer, saliendo incluso a trabajar fuera, unido al envejecimiento de la población, crean un cuadro de dificultades crecientes. Esto complica que las mujeres puedan formarse, utilizar su tiempo de ocio o tomar parte en la vida pública.
P. ¿Existen soluciones novedosas para estos problemas?
R. Aparte de reivindicar más recursos para el campo, hay que encontrar vías de colaboración y de autoorganización, como redes de mujeres que intenten responder a esas necesidades. Además de pedir un mayor equilibrio con los recursos destinados a la ciudad, tenemos que ponernos las pilas. La gente es reacia a recibir a otros en casa, y buena parte de los servicios sociales pasan por una asistencia domiciliaria, por ejemplo. Aún se prefiere en muchos casos que la atención de las personas impedidas o los ancianos se deje en manos de las mujeres. Hay que superar la cultura individualista que se nos ha inculcado.
P. Define una situación alarmante de machismo.
R. Sí, por supuesto. Existe como en la ciudad, pero más agravado. Esa responsabilidad siempre recae sobre la mujer y es ella la que se preocupa más por los problemas. Están muy atadas y muy limitadas. Una mujer que tiene una persona a su cargo está totalmente anulada, y tenemos que ver si a través de la autoorganización creamos iniciativas nuevas.
P. ¿La Administración es eficaz en este terreno?
R. Están favoreciendo que la gente se vaya del campo. La propia especulación posibilita que gente de la ciudad se haga una casita y no viva para nada la vida en el medio. Para nosotros la agricultura y la ganadería son la base, y sin ellas, la vida rural desaparece. Puede haber habitantes y si quieres, una postal, pero la vida se pierde, y ahí el papel de la mujer es fundamental.
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