El seguro por vocación
La Unión Alcoyana combina su servicio a la actividad industrial con las nuevas demandas aseguradoras
La historia industrial de Alcoy queda incompleta sin la referencia a la Sociedad Anónima de Seguros La Unión Alcoyana. Las fatales consecuencias que en 1873 tuvieron las revueltas obreras de El Petrolio para gran parte del patrimonio de la burguesía industrial de la época movió a un grupo de financieros locales, entre industriales y banqueros, a fundar cuatro años después una compañía de seguros contra incendios.Así, bajo la presidencia del industrial papelero Rigoberto Albors Montllor, comenzó su andadura La Unión Alcoyana. Fue la tercera Sociedad Anónima de Seguros en constituirse en España y hoy aún mantiene su actividad inicial. "La Unión Alcoyana se constituyó hace 123 años para asegurar de los incendios involuntarios a las fincas, edificios industriales, géneros, máquinas... Nació con el objeto de cubrir una serie de necesidades derivadas de una sociedad industrial y que llegaron a una situación límite con las revueltas obreras de 1873". Quien ahora recuerda todo esto es Enrique Rico Ferrer, actual Consejero Director Gerente de la empresa. Ya han transcurrido cuarenta años desde su entrada en la firma, pero Enrique Rico no olvida que La Unión Alcoyana siempre se ha distinguido por su "vocación de servir a la industria y a la población".
En sus más de cien años de existencia, la empresa aseguradora ha evolucionado y ha ampliado su oferta desde la oficina central en Alcoy a seis sucursales ubicadas en Valencia, Castellón, Alicante, Alcoy y Cocentaina y otros doscientos cincuenta puntos de ayuda que completan la red de distribución de seguros en toda la Comunidad Valenciana.
El motor que mueve este engranaje lo conforma una plantilla formada por 63 trabajadores y que propició que la compañía aseguradora cerrase el ejercicio de 1998 con una facturación de 3.640 millones de pesetas y 2.251 millones de pesetas de capital y reservas. Las previsiones de la dirección de la compañía apuntaban a un incremento aproximado de la facturación a 5.000 millones en 1999.
Este espíritu de crecimiento de la compañía se traslada a la eventual presencia de La Unión Alcoyana en Murcia, Albacete y Andalucía. No obstante, Enrique Rico aclara que: "nuestro mercado natural sigue siendo el de la Comunidad Valenciana. En él queremos seguir especializándonos, adaptarnos a sus necesidades y en este campo mejorar el servicio".
Las paredes de la oficina central de La Unión Alcoyana en Alcoy reflejan gran parte de su historia. Los salones, oficinas y algunos despachos conservan el sello arquitectónico de principios del siglo. El estilo modernista, muy común en el casco histórico de Alcoy, en el que habitaba la antigua burguesía industrial, resalta en la fachada del edificio. Éste se encuentra junto al que en 1913 adquirió La Unión Alcoyana para instalar el Parque de Bomberos. Ambas entidades, que en la actualidad funcionan por separado, permanecieron unidas durante casi 70 años, desde que en 1888 el Ayuntamiento de Alcoy cedió el servicio contra incendios a la compañía aseguradora hasta que en 1955 volvió a ser de titularidad consistorial. Fue el primer parque que se organizó en la provincia de Alicante. En la actualidad es de ámbito comarcal y se encuentra integrado en el Cuerpo de Bomberos de la Diputación de Alicante.
En la centenaria historia de la empresa llama la atención el tiempo en que La Unión Alcoyana fue intervenida, durante la Guerra Civil española. Este hecho que supuso la socialización de la firma. Tras la contienda la compañía se liberalizó e inició su capitalización. En el año del centenario, la Unión Alcoyana recibió la Medalla al Mérito del Seguro en su categoría oro. La distinción le fue impuesta al entonces vicepresidente de la compañía, Domingo Espinós Gisbert. Este galardón ha llenado de satisfacción a quienes han hecho posible la supervivencia de la compañía.
Entre los hechos más destacados a lo largo del siglo XX se encuentra, según sus gestores, la desaparición del ramo de accidentes de trabajo, lo que obligó a la compañía a especializarse en los ramos de seguros orientados a particulares y empresas. Desde entonces, "La Unión Alcoyana ha experimentado variaciones según lo ha ido haciendo la demanda. Empezamos protegiendo el patrimonio y hemos llegado a las personas con seguros de salud y vida", explicó Rico. En esta última novedad La Unión Alcoyana colabora con las empresas de ámbito internacional COSALUD y La Mondiale.
La puesta en vigor del seguro obligatorio de automóviles en 1965 supuso una intensa labor para los trabajadores de la Unión Alcoyana. Esta nueva tarea vino motivada por la imposición para la adaptación de la cartera del ramo de responsabilidad civil combinado al nuevo ramo obligatorio de los seguros de automóviles, totalmente distintos en su estructura, amplitud y efectos.
Al año siguiente, una normativa promovió la extinción de la actividad aseguradora de los accidentes de trabajo, que llevó a la compañía alcoyana a prescindir de la colaboración del personal sanitario adscrito a las atenciones de asistencia médica de la clínica de accidentes y trabajo de la empresa. También se vio obligada a reducir los ingresos que iban a parar a los agentes colaboradores de producción por su gestión del mencionado ramo.
La desaparición de los seguros de los accidentes de trabajo redundó además en la plantilla. Los trabajadores de la compañía tuvieron que ser absorbidos a costa de un aumento del porcentaje de gastos generales. En consecuencia, la pérdida del ramo de accidentes laborales produjo en la Unión Alcoyana una destacable crisis en 1975 que se tradujo en una pérdida de algo más de 250.000 pesetas como finiquito de este ramo.
Sin embargo, la situación pronto se vio equilibrada por el aumento de la producción en otros ramos como, por ejemplo, el de cristales y combinado del hogar. En este último apartado se pretendió englobar los riesgos de incendio, por robo, los daños causados por el agua, la responsabilidad civil y los riesgos a personas.
123 años de unión
La Unión Alcoyana nació para cubrir las previsiones aseguradoras de Alcoy y su área de influencia, derivadas de la actividad industrial. Así han transcurrido 123 años desde que fue creada, en los que su actual Consejero Director Gerente incluye "diversas vicisitudes y situaciones difíciles".A la hora de destacar una etapa a Enrique Rico le cuesta decantarse y asegura que "nunca ha habido una etapa mejor que la otra sino una evolución continua".
Con la mirada puesta en el futuro la aspiración de La Unión Alcoyana pasa por "continuar y seguir nuestra actividad", añadió.
En la actualidad el capital social de La Unión Alcoyana se encuentra repartido entre cerca de 780 accionistas, en su mayoría descendientes de las familias fundadoras de la localidad y primeros inversores de la empresa. "Si algo caracteriza a nuestro a nuestro accionariado es la estabilidad", sentenció Enrique Rico.
El proyecto más ambicioso que ahora tiene en manos la empresa aseguradora alcoyana es la puesta en marcha de una red interna de telemática que permita mejorar las relaciones con los agentes de la compañía, que operan en la Comunidad Valenciana y regiones limítrofes.
El proyecto empezó a gestarse hace tres años y se complementa con los planes de formación para el personal de la empresa. "El reciclaje de nuestros trabajadores es un activo de la empresa que trata de unir de este modo la tradición con la continua evolución que no podemos dejar de lado", concluyó el consejero director gerente.
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