"Con la ceremonia de los Goya, te la ganas hagas lo que hagas" RAMÓN DE ESPAÑA
Pregunta. Pensaba que los intelectuales solo leíais la prensa del corazón de incógnito, y aquí te encuentro, con una sonrisa de oreja a oreja ante el último número de la popular revista Hola...Respuesta. Bueno, es prácticamente la única publicación que ha sacado un balance positivo de la ceremonia de los Goya y que ha resaltado lo guapo que estaba todo el mundo...
P. ¿Incluido el insólito acompañante de Massiel, un caballero bajito y reteñido con una portentosa cara de cazurro?
R. Seguramente. Te aseguro que se agradece que alguien se fije más en el glamour de la ceremonia que en las cosas que no salieron tan bien o que a ciertas personas les pareció que no salieron tan bien.
P. Por el amor de Dios, Rosa, tampoco te ha linchado nadie. Solo se ha comentado que la presentadora, Antonia San Juan, estaba tan relajada que contribuía al sopor de la audiencia.
R. Y se han inventado una polémica sobre lo cabreada que estoy con Antonia, cuando no lo estoy en absoluto.
P. Matiza un poco esa historia o calla para siempre.
R. Sólo te puedo decir que Antonia estuvo estupenda en los ensayos y que luego se desinfló un poco. Yo creo que le afectó no llevarse el premio a la mejor actriz revelación... No sé, de todas maneras, con esto de los Goya, hagas lo que hagas, siempre te la ganas. Siempre hay alguien que considera que la ceremonia ha sido un muermo, que el guión no tenía ninguna gracia o lo que sea. Y sabes perfectamente de lo que te hablo porque tú escribiste el guión de una ceremonia hace un par de años, con Joan Potau e Isabel Coixet. ¿No te puso verde nadie?
P. Coseché unos sarcasmos en el Abc, pero eso es algo con lo que se puede vivir.
R. Para mí, los problemas de la ceremonia de los Goya son otros: dura demasiado, empieza demasiado tarde, las interrupciones publicitarias son inacabables. Pero el saldo siempre es positivo. La audiencia es elevada. Y las películas que se llevan un premio ven cómo se incrementa su taquillaje en los meses siguientes.
P. Yo creo que hay que agradecerle su labor al anterior presidente de la Academia, José Luis Borau. Se empeñó, con sus santas narices, en darle un poco de lustre al cine español, en acabar con esa imagen que él definía como zarrapastrosa, y creo que lo consiguió.
R. Por supuesto.
P. Y hacíais una pareja muy mona, contigo de vicepresidenta. Recuerdo un día que os encontré en Mauri comprando pasteles...
R. Borau es un gran creyente y lo hizo muy bien. La Academia ha contribuido a que la gente trate mejor a su propio cine. Y estuvo muy bien hacer la ceremonia en Barcelona, ciudad dejada de la mano de Dios en lo del cine...
P. De la mano de CiU, más bien. Estuvo bien involucrar a nuestros políticos dentro del cine español.
R. Borau siempre tuvo claro que Barcelona tenía que volver a ser un centro de producción importante para el cine español. Y yo también lo tengo muy claro, evidentemente.
P. ¿Qué es lo que más te ha satisfecho de esta experiencia?
R. Tal vez el premio para Antonio Isasi-Isasmendi, que se prolongará dentro de poco con un homenaje a su carrera.
P. Yo de pequeño disfruté mucho con sus modestas superproducciones, Estambul 65, Las Vegas 500 millones, etcétera. Era un intento muy digno de salir de nuestras pequeñas fronteras.
R. Pues ahí le tienes, completamente olvidado, lo que me parece injusto. La gente joven, la que va a ver películas como El corazón del guerrero, no sabe quién es. Así que habrá que revisar sus películas. Pronto, en la filmoteca.
P. ¿Y tus películas? Hace tiempo que no ruedas nada.
R. Estoy en ello. Ya toca, vamos. Tengo un proyecto que me hace mucha ilusión. Se llama Cactus y aunque parece que trata sobre la guerra civil, no trata exactamente sobre la guerra civil, sino sobre como puede afectar una catástrofe semejante a la vida privada, a la intimidad de las personas, a sus historias de amor. Es un guión de Jordi Barrachina, escrito en 1994, que ha sufrido una serie de reescrituras y que ya está dispuesto para ser ilustrado.
P. ¿Llamarás a tu ex marido, Josep Maria Civit, para que se encargue de la fotografía?
R. Pues no lo sé, pero te aseguro que es un ex marido estupendo. Puede que como marido fuera, digamos, discutible, pero como ex marido es insuperable. Déjame lanzar un consejo a las lectoras en edad de merecer: chicas, nunca os caséis con un director de fotografía... Los directores de fotografía nunca están en casa, siempre están rodando en el quinto pino. Y son los auténticos seductores de la industria del cine. La gente cree que el director es el gran seductor, pero ése es un concepto falso: ¡el director está tan liado controlándolo todo que no tiene tiempo para nada! Tienes tantos problemas que no te queda tiempo para ligar con nadie.
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