Huevos, petardos y cacerolada contra los nuevos ministros
Unos tres mil manifestantes, cinco mil según algunas fuentes, protestaron ayer por las calles de Viena contra la toma de posesión del nuevo Gobierno, una coalición azul-parda. Algunos centenares de los manifestantes más violentos se enfrentaron con la policía, provocando 25 heridos entre los agentes. Un grupo ocupó las oficinas de los ministerios de Asuntos Sociales y de Economía.En la plaza Ballhaus del palacio imperial de Viena, junto a la plaza de los Héroes, donde en 1938 los austriacos recibieron de forma triunfal a Hitler, los manifestantes se hartaron de gritar "¡Vergüenza, vergüenza!" y "Haider es un fascista".
Lanzaron huevos, botes de pintura, golpearon latas y cacerolas y explotaron petardos. Los nuevos ministros atravesaron la plaza Ballhaus por los subterráneos para llegar, de forma casi clandestina, hasta las oficinas del presidente federal, Thomas Klestil, que les iba a tomar juramento. Cuando los manifestantes se percataron de que no iban a tener ni un mal ministro al que lanzarle los huevos y los insultos, se echaron a la calle con sus pancartas y banderas rojas y negras con una calavera, que no dejaba claro si se trataba de un homenaje a la anarquía o a los piratas del Caribe. Una pancarta rezaba "Tiempo de resistencia". Otra hacía referencia a la ascensión de los nazis al poder con un "Ayer Carintia, hoy Austria, mañana todo el mundo". Un cartel jugaba con la cifra 1938, el año en que Austria quedó anexionada a la Alemania nazi: "1938 razones contra Haider".
Cuando un automovilista intentó atravesar las ya ralas filas de la concentración, un manifestante abrió la puerta del coche y le retorció con violencia el pescuezo. Otros, más moderados, detuvieron la tentativa de estrangulamiento y se conformaron con llenar de escupitajos el coche. La protesta continuó hasta bien entrada la noche y, según la policía, además de los 25 agentes también resultó herido un viandante.
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