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Samaranch declara durante cinco horas ante el FBI sobre el escándalo olímpico

El presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, respondió el lunes durante cinco horas, en Nueva York, a las preguntas de agentes del FBI y del Departamento de Justicia que investigan el escándalo de la candidatura de Salt Lake City, ganadora de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2002. Samaranch había pactado la cita con el FBI el pasado mes de diciembre, antes de su comparecencia ante una comisión del Senado de EEUU.

"No fue muy agradable", dijo Samaranch tras someterse a las preguntas, "pero sí muy normal", añadió, sin referirse a más datos. Otras fuentes del COI señalaron que no podía revelarse el contenido de las conversaciones, pero que el presidente estaba contento de haber terminado con ello. "No hay ningún indicio de que las investigaciones puedan desembocar en una inculpación de Samaranch", recalcaron las mismas fuentes. La reunión, que a peticíón del Departamento de Justicia no fue anunciada, se produjo en las oficinas que tienen los abogados contratados por el COI en Manhattan. Y las preguntas estuvieron relacionadas con el pago de comisiones, regalos y otros incentivos valorados en un millón de dólares (cerca de 170 millones de pesetas) a miembros del COI, lo que provocó el mayor escándalo del olimpismo, saldado con una decena de dimisiones y expulsiones. No trascendieron otro tipo de cuestiones y Samaranch no tuvo mayores problemas como ya le habían asegurado sus abogados tanto para su comparecencia anterior en el Congreso, como ahora.

El presidente del COI decidió presentarse ante las autoridades estadounidenses sólo después de la Sesión del COI celebrada a mediados de diciembre en Lausana. Quería llevar en sus comparecencias un organismo nuevo con los cambios sustanciales que se aprobaron, especialmente quitando a los miembros tantas posibilidades de viajes y regalos.

Las autoridades de Estados Unidos investigan desde hace más de un año si se han infringido las leyes de este país y si se debe inculpar a alguno de los implicados. El presidente del COI ha sido el octavo miembro del máximo organismo olímpico interrogado por investigadores estadounidenses. Antes que él, lo fueron el francés Jean Claude Killy, el suizo Marc Hodler, el danés Niels Holst-Soerensen y los canadienses Dick Pound y Carol Anne Letheren. El principal objetivo de las investigaciones en EEUU es Tom Welch, el dimitido primer presidente del comité organizador de Salt Lake City. En el COI se le considera el principal responsable de la corrupción. Se trata de un personaje peculiar, que también ha tenido problemas judicialespor maltratar a su mujer.

El caso ha sido debatido por el Subcomité de Investigaciones Comerciales de la Cámara de Representantes, ante el que compareció Samaranch el 15 de diciembre pasado. El presidente del COI había llegado a un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos para dejar el interrogatorio para una fecha posterior, entre otras cosas porque no tenía fechas libres. Incluso acordó marcharse inmediatamente después de su presencia en el Congreso, porque debía regresar a la cena de fin de año con los consejeros de La Caixa.

Samaranch aseguró en el Congreso bajo juramento que había "limpiado la casa" y emprendido una serie de reformas que debían favorecer la transparencia. Además, admitió que había cometido un "error" al no tomar medidas con la suficiente rapidez en contra de las visitas de miembros del COI a las ciudades que aspiraban a ser sede olímpica. Es la frase que más ha repetido en los últimos tiempos. Cuando se empeñó en seguir al frente del COI para tratar de lavar su imagen, lo primero que tuvo claro es que en ninguna empresa parecida se producen viajes multitudinarios de sus directivos. Ello da, indefectiblemente, motivos para generar corrupción.

Durante la comparecencia, Samaranch escuchó duras críticas de algunos congresistas e incluso peticiones de dimisión. Sin embargo, en general salió airoso e incluso hubo comentarios a su favor en los mismos medios de comunicación estadounidenses que le han atacado repetidamente desde que estalló el escándalo de la corrupción y que incluso aseguraron que Samaranch sería detenido nada más pisar suelo estadounidense.

Samaranch siempre ha defendido la teoría de que para que haya corrompidos tiene que haber corruptores y en una de sus contestaciones dijo: "Al no haber visitas ya no hay peligro de regalos". Ésa era una de las decisiones que llevaba para defenderse desde la Sesión de Lausana.

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