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El PIB de Baleares JORDI MALUQUER DE MOTES

Uno de los temas que más interesan en España desde la instauración de la democracia es la existencia de desequilibrios regionales y la magnitud de los mismos. Parece oportuno, por lo mismo, dedicar un poco de atención a algunos tópicos de dudosa naturaleza que circulan sobre ello. Quizá el más extendido es el de la riqueza de Baleares.Las islas Baleares forman la comunidad autónoma más rica de España, según el producto interior bruto (PIB) por habitante que estima el Instituto Nacional de Estadística. El PIB regional mide la contribución de cada región a la producción de bienes y servicios del país al que pertenece. Para comparar los niveles de las regiones europeas, la oficina estadística de las comunidades europeas (Eurostat) transforma los datos del PIB regional en paridades de poder de compra, una medida convencional que toma en cuenta las diferencias de precios de bienes y servicios entre los países de la Unión Europea. Pues bien, el PIB de Baleares en paridades de poder de compra alcanza valores bastante superiores al promedio. También a escala europea, por tanto, las islas Baleares forman una región rica.

Otras informaciones sobre la economía de Baleares sugieren dudas acerca de la validez de este indicador. El salario medio anual percibido en las islas, por ejemplo, coloca a esta comunidad autónoma por detrás de otras nueve y francamente por debajo del promedio español. Si las rentas del trabajo son comparativamente tan bajas, las rentas del capital deberían ascender a niveles estratosféricos para compensarlas y alcanzar el volumen que se le supone a la renta agregada.

El impulso turístico de los últimos años es evidente; pero no es menos cierto, por ejemplo, que la dinámica de la exportación balear es muy negativa. El sistema productivo de las islas se ha instalado en un modelo monosectorial de alto riesgo porque se trata de una actividad, el turismo, de débil productividad y muy sensible al ciclo. En todo caso, la información disponible no parece confirmar la imagen de plétora de riqueza que se desprende del registro del PIB.

Son dudas muy razonables. En contabilidad nacional, la suma total del valor añadido bruto de las actividades productivas, el PIB, se asimila a la renta nacional de un país. A escala regional se opera del mismo modo. Pero se trata de dos cosas distintas: la capacidad de producción de una determinada economía y los resultados internos de esa misma producción; es decir, la renta disponible de las familias. Un cálculo correcto a escala de país puede no serlo a nivel regional.

En efecto, pueden existir -y así ocurre en España- mecanismos institucionales de transferencias interregionales de renta. Pueden operar también mecanismos menos visibles de transferencia de rentas hacia otras regiones y aun hacia otros países. El PIB por habitante es un indicador convencional que se calcula por la relación entre el PIB y la población total que reside en la región, pero desconoce totalmente a los perceptores de renta no residentes. En otras palabras, el valor producido en una región no queda necesariamente en ella ni es recibido necesariamente por sus habitantes en régimen de residentes legales.

La Comisión Europea reconoce la existencia en Baleares de una importante inmigración estacional, procedente de otras zonas de España, que se vincula a la demanda de trabajo de la temporada turística. Los inmigrantes colaboran a la generación del PIB, pero se llevan una buena parte de sus ingresos a las regiones de origen. Esas transferencias no se descuentan en las estadísticas.

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La población de las islas es más elevada en la realidad que en la estadística. Se ha calculado, por ejemplo, que menos de una cuarta parte de los residentes alemanes en Mallorca están inscritos oficialmente. Lo mismo sucede con otros colectivos extranjeros. Gran número de estos no residentes trabaja en la isla, donde perciben salarios y obtienen beneficios. Según Der Spiegel (véase EL PAÍS, 8 de agosto de 1999), la colonia alemana es casi autárquica y dispone de una oferta laboral amplísima. "Para casi cualquier servicio", señala este rotativo, "hay un compatriota disponible".

Inmigrantes de otras zonas de España y extranjeros que operan en la región como trabajadores o empresarios, por tanto, faltan del censo de la población y no son contabilizados en esos cálculos. Así pues, el PIB por habitante imputa a los residentes censados en Baleares las rentas de todos los que las obtienen allí pero que no figuran en los censos. Las rentas de las familias residentes en las islas están fuertemente sobreestimadas por este motivo.

Hoy, mañana y pasado se celebra en Palma un Encuentro de Historia Económica Regional en el que un grupo de especialistas de todas las comunidades autónomas españolas, y algunos colegas de otros países europeos, debatirán éstos y otros asuntos relativos a las trayectorias y a los resultados del crecimiento económico regional en la España contemporánea.

Jordi Maluquer de Motes es catedrático de Historia Económica de la UAB.

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