Mejor, el silencio

Esta carta no trata de poner en evidencia a Telefónica. No pretende denunciar que, hasta el momento, hayan pasado casi tres meses sin que hayan efectuado el traslado de un teléfono del distrito madrileño de Latina al de Moncloa. Sólo quiere señalar la tortura que supone, desde hace tres meses, escuchar el bucle musical que colocan en la espera de las llamadas del 1004 (tin tun, titutintún, titutintún, titutiii...).Tampoco quiere lamentar el tiempo perdido en más de veinticinco llamadas telefónicas (sí, gratis) y otras tantas explicaciones a los operadores... Ni quejarse de que en diferentes ocasiones no hayan llamado para atender el problema, según habían asegurado. Esta carta sólo desea hacer

llegar el ruego de que no castiguen la inútil espera con esa música (tin tun, titutintún, titutintún, titutiii...). En su modestia de miras, ni siquiera se plantea promover la coordinación entre los departamentos responsables de los postes y la subcontrata que se encarga de las instalaciones (sí, vinieron tres instaladores diferentes y no pudieron cumplir con su cometido porque faltaba el imposible poste tantas veces solicitado). La firmante de esta carta sólo desearía que en este tiempo hubiesen cambiado la música que atormenta la espera o que, simplemente, dejaran que pudiese optar por aguardar la respuesta en silencio.-