La UE suspenderá la relación política con Austria si la ultraderecha entra en el Gobierno
La Unión Europea (UE) dio ayer probablemente un golpe de muerte a una eventual participación de la extrema derecha en una coalición de Gobierno en Austria con los conservadores de Wolfgang Schüssel. Con una contundente e inusitada nota de la presidencia comunitaria portuguesa, suscrita por los jefes de Estado y/o de Gobierno de los otros 14 países de la UE, se advierte a Viena "que suspenderán todos los contactos políticos bilaterales" con el futuro Gobierno si el partido de Jörg Haider llega al poder y que en "ningún caso" las relaciones podrán mantenerse como hasta ahora.
Hasta ayer sólo dos países, Bélgica y Francia, habían expresado públicamente su malestar por el desarrollo de la crisis política austríaca.La nota difundida a media tarde desde Lisboa por Portugal, que ocupa este semestre la presidencia comunitaria, informa de que el fuerte mensaje político ha sido transmitido al presidente y al canciller austríacos tras haber sido consensuado por los líderes de los demás países de la Unión.
La respuesta de los otros 14 Estados miembros a un eventual Ejecutivo en el que estuviera el xenófobo partido del presidente de la región de Carintia será la siguiente: "1) no se promoverán ni aceptarán contactos oficiales bilaterales a nivel político; 2) no se apoyarán candidatos austríacos que opten a cargos en organismos internacionales y 3) los embajadores austríacos en los países de la Unión Europea serán sólo recibidos a nivel técnico". La nota subraya, además, que las autoridades austríacas "han sido informadas de que las relaciones de los otros 14 Estados de la UE con Viena no podrán continuar siendo normales" si la extrema derecha de Haïder entra en el Gobierno.
Un portavoz diplomático oficial español aseguró anoche en Bruselas que la gestación de la nota había sido obra del primer ministro portugués, António Guterres, en calidad de presidente de la Internacional Socialista, y del jefe del Gobierno español, José María Aznar, como líder del Partido Popular Europeo. Sin embargo, hasta ayer, el silencio había sido la tónica de las capitales comunitarias a excepción de Bruselas y París. Y sobre todo la primera, cuyo Gobierno de centro-izquierda habló de sanciones simbólicas como una eventual retirada de embajadores.
El ministro de Asuntos Exteriores belga, Louis Michel, declaró ayer en una entrevista al diario Le Soir que la UE debería adoptar una postura firme ante la eventualidad de que el Partido Liberal (FPÖ) de Haider llegue al poder si cristalizan, como parece al día de hoy, las negociaciones para constituir una coalición con los conservadores del todavía ministro de Exteriores Schüssel.
"Político peligroso"
Michel, que es viceprimer ministro, califica al líder de Carintia como "político peligroso". "Tiene ideas completamente fascistas, repletas de odio, xenofobia y revisionismo, que disimula bajo un barniz democrático", afirma. El ministro sostiene que los Quince deben responder claramente con un "mensaje de democracia, apertura y tolerancia". El Gobierno belga se plantea la posibilidad de recurrir a una postura reprobatoria como sería la de retirar su embajador en Austria y sugiere que los demás países de la Unión hagan lo mismo llegado el caso. Bruselas quiere que el caso Haider sea discutido en la próxima reunión, el 14 de febrero, del Consejo de Asuntos Generales de la UE, el órgano que conforman los ministros de Asuntos Exteriores de los Quince.
Haïder ha reaccionado virulentamente contra la actitud belga al afirmar que Austria no debe aceptar lecciones de un país "corrupto", que tolera el abuso de niños, en alusión al famoso caso de pedofilia y asesinato múltiple cometido por el electricista Marc Dutroux en 1997. También el presidente austríaco, Thomas Klestil, ha criticado la injerencia belga. Sin embargo, ha amonestado a Haïder por su verbo inflamado contra Bélgica y contra el presidente francés, Jacques Chirac, quien pidió la semana pasada medidas de la UE contra la entrada en el Gobierno del FPÖ.
Más sutil, pero no por ello menos contundente, ha sido el ministro de Asuntos Exteriores francés, Hubert Védrine, que ha recordado la potestad que ampara al Consejo Europeo de suspender los derechos de alguno de sus miembros si hay pruebas de que viola los principios democráticos contemplados en el Tratado de Amsterdam. La Unión Europea ejercerá "una vigilancia en todos los ámbitos" si la extrema derecha llega a gobernar en Austria. Si esta hipótesis se confirma, las relaciones bilaterales de los países europeos con Viena "se verán profundamente afectadas", advierte Védrine.
Medir las palabras
Mientras, la Comisión Europea mide con cautela las palabras, puesto que, según el portavoz oficial, el Ejecutivo comunitario "no puede inmiscuirse en la política interna de un Estado miembro". Sin embargo, el presidente del Ejecutivo comunitario Romano Prodi confiesa sentirse preocupado y afirma que examinará de cerca el programa político del futuro Gobierno austríaco.
El político italiano confesó en una entrevista el domingo por la noche a la televisión de su país: "Debemos estar muy atentos y evitar situaciones como ésta en el futuro". "Frente a este desafío de Haider, debemos promover la paz, una paz europea, una paz igual para todos", dijo Prodi.
Comunicado de la UE
Este es el texto íntegro de la declaración emitida por la presidencia portuguesa de la Unión Europa alertando a Austria de las sanciones que sufrirá en el caso de que el partido de extrema derecha de Haider entre en el Gobierno."Hoy, lunes 31 de enero, el primer ministro portugués ha informado tanto al presidente como al canciller de Austria, y el ministro portugués de Asuntos Exteriores ha informado a su homólogo austriaco, de la siguiente reacción conjunta acordada por los jefes de Estado y de Gobierno de los XIV Estados miembros de la Unión en el caso de que se forme en Austria un Gobierno que integre al FPÖ [Partido Liberal].
Los Gobiernos de los XIV Estados miembros no promoverán o aceptarán ningún contacto bilateral oficial a nivel político con un Gobierno de Austria que integre al FPÖ.
No habrá ningún apoyo en favor de los candidatos austríacos que opten a puestos en organizaciones internacionales.
Los embajadores de Austria en la capitales de la UE sólo serán recibidos en un nivel técnico.
El primer ministro de Portugal y el ministro de Asuntos Exteriores ya han informado a las autoridades de Austria de que no habrá un trato normal en las relaciones bilaterales con un Gobierno que integre al FPÖ".
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