Pujol amenaza al PP con abstenerse en la investidura y forzarlo a negociar
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, añadió ayer más dosis de desconcierto a la estrategia que seguirá Convergència i Unió (CiU) tras las elecciones generales de marzo. El dirigente nacionalista abrió las puertas a una posible abstención de CiU en el debate de investidura del nuevo presidente del Gobierno en caso de que socialistas y conservadores obtuvieran una diferencia mínima de escaños, según afirmó ayer en la reunión de la ejecutiva de Convergència.El comentario de Pujol no tenía otro destinario que el Partido Popular, después de conocerse la última encuesta que otorgaba ayer a la formación de José María Aznar una escasa ventaja de cinco puntos sobre el PSOE.
La abstención es, según fuentes de CiU, la mejor táctica poselectoral que puede emplear la coalición. Por una parte, las reivindicaciones que plantea CiU no se pactan de la noche a la mañana, sino que requieren de una ardua negociación, por lo que un voto a favor en la investidura sería difícilmente explicable ante el electorado. Pero sobre todo -y sobre ello insistió mucho Pujol en la ejecutiva- otorga a CiU claras ventajas al forzar al gobierno a la negociación puntutal para sacar adelante sus propuestas parlamentarias. Y los nacionalistas son expertos en esta materia. Votos a cambio de la aceptación de las demandas nacionalistas: incremento del autogobierno y un mejor sistema de financiación.
Con esta estrategia, CiU no se sentiría rehén del partido gobernante y dispondría de más armas para negociar sus reivindicaciones. La abstención rompería con la actitud mantenida por el partido de Pujol en las dos últimas legislaturas, en el 93 a votando a favor de Felipe González y en el 96 a José María Aznar, después de firmar los pactos del Majéstic.
Partido de centro
Antes de la campaña electoral, los nacionalistas quieren explicar sus planteamientos y demandas tanto al PP como al PSOE. El próximo viernes, el cabeza de lista de CiU, Xavier Trias, se entrevistará con el secretario general del Partido Popular, Javier Arenas, y la siguiente semana lo hará con el de los socialistas, Joaquin Almunia.
CiU quiere presentarse a las elecciones legislativas como el partido hegemónico de centro, como el único capaz de centrar las políticas de los dos grandes formaciones españolas, PP y PSOE, según explicó ayer Trias en rueda de prensa tras la reunión del consejo nacional, en la que se aprobaron las candidaturas al Congreso y al Senado y el programa electoral.
Trias restó importancia a los sondeos preelectorales que otorgan a CiU entre 13 y 14 diputados, dos o tres menos de los actuales. Para el cabeza de lista, lo fundamental es que la coalición "continuará siendo decisiva en la gobernabilidad" del Estado.
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