Islamistas de Marruecos piden al rey que repatrie 8,5 billones amasados por Hassan II
Mohamed VI ha pedido a una consultora que le evalúe la fortuna heredada de su padre
El líder del movimiento islamista radical marroquí Justicia y Espiritualidad (Adl u al Ihsan) ha dirigido un manifiesto al rey Mohamed VI en el que le exhorta a repatriar la fortuna que su padre, HassanII, depositó en el extranjero. Abdelsalam Yasín, que evalúa este patrimonio "entre 40.000 y 50.000 millones de dólares" (casi 8,5 billones de pesetas), considera que el joven monarca debería hacer "este gesto histórico (...) para emancipar al país del yugo del Banco Mundial (...) y sacarlo de la situación de crisis y desesperación en que vive la población".
El citado manifiesto fue entregado a los corresponsales de los periódicos marroquíes y extranjeros al término de una conferencia de prensa conmemorativa del 10º aniversario de la detención domiciliaria del líder islamista. A la cita, celebrada en la sede del Círculo Político que la asociación ha abierto en la ciudad de Salé, asistieron unas doscientas personas, pero no el jeque a la que policías de paisano impiden salir de su residencia.El jeque Yasín estima en el escrito repartido que el rey Mohamed VI, a quien considera "un joven y simpático soberano", se encuentra ante el dilema de "seguir fiel a la tradición decadente, a la pompa fastuosa y de mala fe", o bien "dar el gran paso adelante y expiar los crímenes y la impiedad implacables a las que ha asistido con evidente incomodidad". Abdelsalam Yasín le recuerda al monarca que existen en Marruecos 12 millones de personas que viven "en la pobreza absoluta" y que el 23% de la juventud está sin trabajo.
Es la primera vez que dentro de Marruecos se ha denunciado, dando cifras precisas, la fortuna amasada por Hassan II en sus 38 años de reinado, superior a la del propio productonacional bruto (PNB) del país, calculado en 33.000 millones de dólares. La estimación islamista incluye las cuentas bancarias y las inversiones financieras, pero no "otros valores inmobiliarios y diversos haberes", según señala el escrito del jeque.
Los valores inmobiliarios dentro del país están constituidos por más de 20 palacios reales, diseminados en toda la geografía de Marruecos. Además de los palacios imperiales tradicionales (Marraquech, Fez, Mequinez, Casablanca y Rabat), Hassan II mandó construir dos decenas más situados en Agadir (dos palacios), Tafilalelt, Errachidia, Ifrán, Sjirat, Buznika, Tánger, Nador, Bensliman, Uxda y Jenifra.
El palacio de Tetuán, antigua residencia del Comisario General en la Zona del Protectorado gobernada por España, fue también ampliamente remodelado.
Hay también propiedades inmobiliarias en el extranjero como los palacios de Betz y de La Celle Saint-Cloud, ambos en Francia, así como una granja adquirida por Hassan II en Tejas y destinada a un providencial retiro del que nunca pudo disfrutar.
Colecciones de arte
Entre los "diversos haberes" mencionados por el jeque Yasín figuran las colecciones privadas de Hassan II. Algunas de ellas de gran valor como la de los coches antiguos, la de caballos de carrera y la de caballos de raza pura sangre. El arte formaba también parte de las aficiones del difunto rey que coleccionó cuadros e incunables.
Una de las primeras decisiones tomadas por Mohamed VI a su llegada al trono ha consistido en pedir una auditoría de la fortuna de su padre a una célebre consultora internacional para conocer con precisión su herencia. La auditoría, según diversas fuentes, incluiría los bienes mobiliarios e inmobiliarios situados en Marruecos y en el extranjero.
En su manifiesto, el líder islamista ha puesto al joven soberano en una situación por lo menos embarazosa. La gran expectativa suscitada entre la población pobre del país con la llegada del joven monarca puede verse culminada o truncada según la actitud que el Palacio adopte ante la cuestión de la fortuna heredada de Hassan II.
Yasín no escatima críticas a la clase política y a los partidos tradicionales, que considera "cómplices, de buen o mal grado, del viejo Majzén [cortesanos], mentiroso y traidor a los principios del Islam".
El jeque afirma que Marruecos se encuentra "al borde del precipicio", pero tiende la mano y lanza un envite al rey Mohamed VI, "promesa sonriente, que no es responsable de los crímenes y fechorías de los demás", en evidente alusión a su progenitor y antecesor en el trono.
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