Almunia derogará las fundaciones sanitarias en el primer Consejo de Ministros que presida

"En asuntos sanitarios, lo poco que ha hecho el PP hay que cambiarlo", dijo ayer Joaquín Almunia, que añadió dos compromisos concretos en aras de frenar las iniciativas del partido en el poder: derogar el decreto de fundaciones públicas, aprobado el pasado 14 de enero, y anular la Ley del IRPF que desde el pasado año da derecho a incentivos fiscales a las empresas que suscriban pólizas privadas de enfermedad a sus trabajadores."Las prisas del PP por aprobar, en el colmo de la desfachatez, el decreto de las fundaciones sanitarias en el último Consejo de Ministros antes de quedar en funciones me obligan a adquirir un nuevo compromiso: el primer Consejo de Ministros que yo presida derogará ese decreto", anunció Almunia en la presentación del programa socialista sanitario, que tuvo lugar en la sede de UGT con participación de profesionales sanitarios y presencia de otros sindicatos y organizaciones de consumidores.

Joaquín Almunia aseguró ayer que la política sanitaria va a estar muy presente en la campaña electoral. "En el debate cara a cara que tenga con Aznar, este asunto va a ocupar mucho tiempo. Ya le adelanto el guión. Porque el PP quiere cambiar el modelo, aunque no se atreva a decirlo. Ése es el valor fundamental de Romay Beccaría

[ministro de Sanidad], que es imposible deducir el sentido de lo que dice y que se dedica a hacer y hacer en la creencia de que los demás no nos vamos a dar cuenta. Y lo cierto es que el PP está colando elementos privatizadores, tratando de inocular un virus privatizador que es peor que el aspergilus".

Almunia desgranó a continuación los puntos esenciales del programa sanitario del PSOE, ya presentado oficialmente en la sede del partido en diciembre pasado. Para el PSOE, el problema de la sanidad pública no es la escasez de recursos, sino las prioridades, y aboga por mejorar la calidad del servicio público ("el que crearon los socialista y el que mejor funciona de este país", en palabras de uno de los participantes) y ampliar el mismo con medidas como las de cubrir la salud bucodental, extender la atención de enfermería domiciliaria, ofrecer prótesis a precio asequible y ampliar los horarios de atención al público, entre otros (véase EL PAÍS del 12 de diciembre pasado).

Almunia destacó también que la sanidad es uno de los principales puntos de encuentros programáticos con Izquierda Unida.

A este respecto, la portavoz sanitaria de IU, Ángeles Maestro, decía ayer que en las negociaciones para suscribir un acuerdo electoral entre ambas formaciones políticas no se ha "entrado en harina" en las cuestiones sanitarias y que si bien están de acuerdo, en términos generales IU maneja tres puntos básicos que pueden crear problemas al programa socialista: "La gestión de la sanidad pública debe ser pública, nunca a través del derecho privado, debe aumentar en un punto del PIB

[casi un billón de pesetas] el gasto de la sanidad pública y los trabajadores deben mantener su carácter estatutario".

El PSOE, que ayer defendió aumentar el gasto público en sanidad, es partidario de dotar a los centros sanitarios de autonomía de gestión, pero las nuevas fórmulas de gestión ideadas por el PP le han acercado, por rechazo, a IU, coalición con la que prepara movilizaciones contra las fundaciones. Ángeles Amador, última ministra de Sanidad del Gobierno del PSOE, dijo ayer que el PP está cumpliendo en el sector sanitario su compromiso de "reducir el Estado". "Ahora hay más sanidad privada que antes", dijo, y añadió: "Las fundaciones públicas sanitarias son una enorme trampa tendente a crear un modelo estratificado. La salud vuelve a ser un privilegio, no un derecho. Y eso es lo que nosotros tenemos que parar".