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El Papa atribuye a Juan XXIII el milagro de una curación y cierra su proceso de beatificación

El Vaticano afirma que una monja sanó tras ponerse en el estómago una foto del Pontífice

La beatificación de Juan XXIII (1881-1963), el Papa bueno, está ya decidida. La luz verde definitiva la dio ayer Juan Pablo II al firmar el decreto de la Congregación de la Causa de los Santos que reconoce un milagro atribuido a la intercesión de Angelo Giuseppe Roncalli, elegido para el trono de Pedro el 28 de octubre de 1958. Era el último requisito necesario para elevar a los altares al Pontífice que llevó a cabo la mayor transformación de la Iglesia católica en este siglo, resumida en las decisiones del Concilio Vaticano II, convocado por Roncalli.

El milagro en cuestión, se refiere a la curación de una religiosa, Caterina Capitani, enferma de una dolencia estomacal supuestamente incurable. Corría el año 1966 (tres años después de la muerte de Juan XXIII), cuando la entonces joven Caterina Capitani examinada por los médicos de Nápoles recibió el terrible diagnóstico: "Perforación gástrica hemorrágica con fistulación externa y peritonitis aguda".Un caso a todas luces desesperado en el que el desenlace fatal había sido ya aceptado por la familia. Sin embargo, el 22 de mayo de 1966, las hermanas de la enferma, sabedoras de que Caterina era una ferviente admiradora de Juan XXIII, le colocaron una imagen del Papa en el estómago. Pocos minutos después, la monja, a la que ya habían dado la extremaunción, comenzó a sentirse bien y pidió de comer. Se operó el milagro, según la Congregación de la Causa de los Santos.

Al pie de la cama

Caterina Capitani, que todavía vive, relataría después su experiencia, asegurando haber visto a Juan XXIII, sentado al pie de su cama de enferma, diciéndole que su plegaria había sido escuchada. Días más tarde, una radiografía documentó la desaparición completa del mal que padecía Caterina Capitani. La ciencia, según el Vaticano, ha sido incapaz de dar una explicación a la curación y en el estómago no le quedaron señales de las cicatrices causadas por la fístula. Una comisión de médicos ha calificado de "inexplicable científicamente" la curación de la religiosa, que actualmente trabaja como enfermera en un hospital de Sicilia.

La causa de beatificación de Juan XXIII fue iniciada por su sucesor, Pablo VI, en 1965, al mismo tiempo que la de Pío XII. El proceso ha durado 35 años para Angelo Roncalli, debido, sobre todo, a las dificultades de recopilar la información necesaria sobre su actividad como obispo y como nuncio desarrollada en siete ciudades diferentes.

Las actas del proceso de beatificación recogen también las reticencias que encontró esta iniciativa de beatificación de un Papa considerado demasiado "filocomunista" en algunos sectores de la Iglesia.

Más obstáculos ha encontrado el proceso para elevar a los altares a Pío XII, en muchos aspectos el Pontífice más discutido en la historia moderna de la Iglesia, por las acusaciones de tibieza frente al nazismo que ha recibido desde diversos sectores, incluidas varias personalidades del Estado de Israel. Hasta el punto de que la causa ha sufrido numerosos retrasos y, contrariamente a lo previsto, será Pío IX, el último Papa-rey, el que, con toda probabilidad, compartirá la gloria de la beatificación con Angelo Roncalli, el próximo 3 de septiembre, en pleno fervor jubilar.

Dogmas discutidos

Pío IX fue testigo de la capitulación de los Estados Pontificios frente a Italia, convertida en una nación unida en 1870. Fue además el Papa del Concilio Vaticano I y el que fijó dos de los dogmas más discutidos del Catolicismo, el que se refiere a la infalibilidad del Papa y el de la Inmaculada Concepción. El prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos, monseñor Giuseppe Saraiva, ha evocado los grandes méritos de Juan XXIII en su apoyo al ecumenismo y a la promoción de la fraternidad con los ortodoxos, anglicanos y protestantes.

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