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LA NUEVA SITUACIÓN EN EUSKADI

Escaso seguimiento de la huelga convocada por HB en Euskadi y Navarra

La huelga general convocada por Herri Batasuna y el sindicato LAB en apoyo a los presos de ETA tuvo escasa incidencia laboral entre los trabajadores de la industria y la Administración vasca. No obstante, la jornada estuvo plagada de incidentes protagonizados por piquetes que causaron problemas en el transporte y alteraron la normalidad al paralizar el comercio y la hostelería en los centros de las tres capitales vascas y Pamplona. La Ertzaintza realizó 48 detenciones: 22 en Guipúzcoa, 5 en Álava y 21 en Navarra. El portavoz de HB, Arnaldo Otegi, admitió que la convocatoria había tenido un "extenso seguimiento" pero "escasa repercusión en el sector productivo".

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La huelga general en apoyo a los presos de ETA registró un escaso seguimiento entre los trabajadores de la industria así como de la Administración pública vasca, con excepción de varios municipios guipuzcoanos con alcaldes de HB, entre ellos Hernani, Pasaia, Oiartzun o Lezo, que se encuentran en la comarca de San Sebastián. Según el Gobierno vasco, el 2,84% de los 4.500 trabajadores de la Administración general secundaron el paro.El sector de la enseñanza fue el más afectado por la convocatoria de huelga general. Los datos del Departamento de Educación del Ejecutivo vasco señalaron que el 7% del profesorado y el 13,7% de los alumnos secundaron el paro. Fue Guipúzcoa el territorio con mayor incidencia al apoyar la huelga el 11,5% de los enseñantes y el 18,5% del alumnado.

Pero si la jornada no se distinguió por un seguimiento masivo de la huelga, sí registró una secuencia de incidentes que alteraron la normalidad ciudadana. Desde la madrugada, los piquetes trataron de alterar el funcionamiento del transporte atacando las líneas de Euskotren, Feve y Renfe. El incidente más grave se produjo en Urnieta (Guipúzcoa) donde de madrugada rompieron una catenaria de Renfe que provocó el corte del tráfico ferroviario hasta el mediodía. La estación de Renfe en Izarra (Álava) fue incendiada con cócteles mólotov cuando estaba en su interior un trabajador que pudo salir ileso.

Los piquetes se afanaron también, a primera hora de la manaña, provocando incidentes de índole menor pero destinados a alterar la normalidad, como los pinchazos de ruedas, la colocación de silicona en las cerraduras y los encadenamientos en el metro de Bilbao o en las carreteras para impedir la circulación viaria. La Ertzaintza fue despejando las zonas conflictivas y detuvo a 27 jóvenes en San Sebastián, Vitoria, Renteria, Hondarribia e Ibarra (Guipúzcoa), que formaban parte de piquetes coactivos por negarse a identificarse. En Navarra fueron 15 los detenidos por la Guardia Civil. La policía autónoma localizó en Vitoria una veintena de cócteles mólotov y más de una docena de cohetes pirotécnicos preparados para ser utilizados. También se registró un incendio intencionado de un repetidor de Euskaltel en Kastrexana (Vizvaya), que pudo ser sofocado sin consecuencias graves.

La intervención de estos grupos de jóvenes, en ocasiones muy numerosos, coaccionando a los comerciantes y hosteleros en los centros de las capitales provocó el cierre masivo a primera hora de la mañana, pero no consiguió que el paro se mantuviera: una mayoría de los establecimientos volvió a abrir discretamente hasta el mediodía. En San Sebastián, un piquete integrado por medio centenar de jóvenes con pancartas y que proferían gritos en favor de los presos y de ETA se desplazó al centro comercial Garbera, que logró cerrar. En las restantes capitales también se produjeron actos de coacción de piquetes para conseguir el cierre de comercios y producir de este modo una imagen de paralización que no se dio en ninguno de los polígonos industriales que acogen las grandes y pequeñas industrias, ni siquiera las del sector cooperativo. Un portavoz de la patronal vasca, Confebask, señaló que había sido la "normalidad" el factor que ayer caracterizó a las empresas vascas.

El campus universitario fue también un ámbito donde se registraron actos vandálicos. En algunas facultades de Guipúzcoa aparecieron pintadas contra profesores a los que se calificaba de "carceleros" y "asesinos", que originaron una inmediata respuesta de condena por parte del rector y los decanos.

Cuatro manifestaciones

Los dirigentes de HB y LAB, las formaciones convocantes que se quedaron sin el apoyo del resto de los partidos y sindicatos que forman el Pacto de Lizarra a la hora de convocar esta huelga general, encabezaron las cuatro grandes manifestaciones que se celebraron a mediodía en las tres capitales vascas y Pamplona.

Arnaldo Otegi, junto a otros dirigentes de HB, portó la pancarta con el lema Presos vascos a Euskal Herria, Respeto a la palabra de Euskal Herria y recorrió las calles de San Sebastián seguido de centenares de manifestantes. A su paso se registraron numerosos incidentes entre los jóvenes que trataban de cerrar las tiendas abiertas y las personas que había en su interior. Al finalizar la marcha, Otegi manifestó que el seguimiento de la huelga general había sido "muy extenso", aunque admitió que "había tenido escasa repercusión en el sector productivo".

En Bilbao, la manifestación estuvo encabezada por el secretario general de LAB, Rafael Díez Usabiaga, y el miembro de la Mesa Nacional de Herri Batasuna Karmelo Landa. El primero hizo una valoración "positiva" de la huelga. Según Díez Usabiaga, "más allá de elementos cuantitativos" la huelga ha demostrado "el compromiso de la sociedad vasca". En Vitoria finalizó con una carga policial.

En Navarra la incidencia de la huelga fue desigual. Hubo 15 detenidos. En Pamplona tuvo escasa incidencia la convocatoria pero se produjeron dos manifestaciones. Donde se registró mayor seguimiento del paro fue en Leiza y Alsasua.

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