Marrameus pels terrats
Ni siquiera se daba cuenta de las tempestades y las zozobras de la nave de tan embebido en la lectura. De buena familia condal, suave, silencioso, gordo y devoto, el buey mudo lo leía todo para ofrecer lo que aprendía a los demás: "contemplata aliis tradere". Con este lema el angélico Tomás de Aquino, "luz intelectual llena de amor verdadero pleno de alegría", según el pelota tomista Dante, muerto a los 48 años, en 1274, escribió un montón. A pesar de las insidias de los curiales, que hacían notar su incapacidad milagrera vivo y muerto, en 1323 lo canonizó por sus escritos Juan XXII: "Cuántas proposiciones teológicas escribió, tantos milagros realizó".Ni su esfuerzo ni el afán militar del beato Carlomagno -santificado por orden del emperador Barbarroja-, han podido evitar que hoy, su fiesta -y día de duelo por las víctimas del nazismo-, nuestro pueblo siga creyendo que es la luna adecuada para las bodas de gatos: Amb la gelada que cau,/ mau, mau, mau, marramau, fent-los l'amor els voreu,/ meu, meu, meu, marramameu. Enero es mes de galanteos de gatos: gener, bodes de tats/ i marrameus pels terrats. Y, los maullidos, requiebros amorosos: Els gats miolen pel gener,/ marrameus, buscant muller. El primer mes y la luna llena, que acaba hoy, eran el mejor momento para casarse: La Lluna de gener l'amor prevé. Esta asociación selenita del mínimo ya se daba en Egipto: protegido de la lunar Isis, representaba a la diosa Bastet, hija y esposa del Sol, la Luna, y simbolizaba felicidad y feminidad. Era uno más de la familia y, al morir, momificado, le dedicaban llantos y funerales. Suficiente para que el cristianismo lo convirtiera en camarada de brujas -nocturnas y lunares también- y confidente y encarnación del demonio, eso es tindre set vides: El Diable és pare dels gats.