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Fracasa en el último momento la formación de Gobierno en Austria

En el último momento fracasó en Austria el intento del Partido Socialdemócrata (SPÖ) de formar el nuevo Gabinete gubernamental en coalición con el Partido Popular (OVP) y excluir del Gobierno al FPO, el partido del ultraderechista Jörg Haider. Como única alternativa para mantenerse en el poder, el canciller en funciones y jefe del SPÖ, Víktor Klima, rescata la idea de constituir un gabinete de minoría con expertos independientes. El presidente de Austria, Thomas Klestil, aceptó ayer esta nueva propuesta y encargó a Klima que entable consultas con los dirigentes de los demás partidos en busca de apoyo parlamentario. Este camino también puede fracasar porque el SPÖ necesitaría el apoyo del OVP o del FPO y el respaldo del Partido Verde no alcanza para garantizar una mayoría parlamentaria. O sea, que la convocatoria de elecciones anticipadas parece siempre más probable. Austria, próspero país de ocho millones de habitantes y mínima cuota de paro (4,2%), no tiene Gobierno desde las elecciones del pasado 3 de octubre. La paralización política es secuela del auge del partido derechista de Haider en las pasadas legislativas y del desgaste en la convivencia de los partidos tradicionales SPÖ y OVP, unidos en las cuatro legislaturas de los últimos 13 años. Ambos partidos apostaron con éxito por el ingreso en la Unión Europea -en 1995-, al tiempo que aumentaban vertiginosamente los votos de la población a favor del populista Haider, antieuropeísta y, sobre todo, contrario a la ampliación de la UE hacia los países vecinos de Austria.

La reconducción de la antigua coalición fracasó en la noche del pasado miércoles cuando la formación del nuevo Gobierno parecía cuestión de horas. Después de más de tres meses de negociaciones, los socialdemócratas habían llegado a aceptar la agenda de Gobierno propuesta por los conservadores, que cuestionaba a largo plazo la neutralidad del país y preveía privatizaciones, reducción de la edad de prejubilación y recortes de privilegios de funcionarios para reducir el déficit presupuestario.

Pero en el último instante ambos partidos se mostraron intransigentes ante dos obstáculos. El OVP exigió en el documento la firma del jefe del sindicato metalúrgico, Rudolf Nürnberger, integrante del grupo socialdemócrata de negociaciones. La firma fue negada. También se negó el SPÖ a ceder el Ministerio de Finanzas a los conservadores.

Jörg Haider, desde la oposición, ve cómo se va abriendo el camino para conseguir el objetivo final de llegar al Gobierno. "Ya no se soportan los unos a los otros", comentaba un Haider satisfecho sobre las disputas entre el SPÖ y el OVP.

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