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Miles de militantes de base de la CDU reciben entre vítores a Kohl en Bremen

Pilar Bonet

Helmut Kohl brilló ayer como en su mejor hora ante más de 4.000 personas, en su mayoría militantes de base de la Unión Cristiana Democrática (CDU), que le acogieron en Bremen con vítores, aplausos y música, como si el ex canciller estuviera compitiendo en un nuevo acto electoral. La efusiva bienvenida puso de manifiesto las tensiones que desgarran al partido, cuyos dirigentes federales se plantean ejercer medidas disciplinarias contra él.

"No somos una claqué, sino una muestra representativa de la CDU. Los que hablan de excluir a Kohl son conductores contra dirección que no tienen nada que ver con la mayoría de la CDU", dijo Bernd Neumann, el presidente de la CDU de Bremen. "Nos preguntábamos si vendría o no; ha venido y está aquí. Saludo de corazón al canciller de la unificación alemana, Helmut Kohl", exclamó Neumann.La conciencia de que el acto se retransmitía en directo por la televisión daba a las palabras de Neumann un carácter de desafío al actual liderazgo del partido. "La CDU es una gran familia", señaló Neumann, y añadió: "Hay buenos y malos tiempos; y en los malos hemos de permanecer juntos si no queremos fragmentarnos".

El político local hizo constar que los militantes del partido no estaban de acuerdo con la gestión de las cuentas clandestinas, pero despachó el asunto adjudicándolo a una "gestión que no siempre fue profesional".

Kohl estuvo a la altura del recibimiento que le dispensaron. Dijo que le sentaba bien haber acudido a Bremen, recordó que dentro de poco cumplirá 70 años, y afirmó que nunca había olvidado que pudo llegar tan lejos gracias a la ayuda de otros. "Una cosa es segura: no me he dejado corromper y no me dejo. Por nadie", dijo el ex canciller, quien reiteró su voluntad de no decir los nombres de los donantes anónimos, "respetables ciudadanos de este país".

"Los donativos existen", sentenció Kohl, que salió así al paso de una idea que comienza a arraigar también entre los altos cargos del partido, a saber, que no hubo tales donativos y que el dinero que ahora está emergiendo procede de las organizaciones no estatales que existían antes de que se reformara la ley de partidos políticos en Alemania.

Los escándalos financieros ocuparon ayer sólo una parte de la intervención de Kohl, que básicamente repitió afirmaciones ya formuladas en los últimos días, aunque esta vez lo hizo con más aplomo y sin subrayar los sentimientos de culpa.

El verdadero asunto del canciller fue Europa y ahí su tono fue el de gran estadista con visión de futuro. Kohl tocaba así el talón de Aquiles del actual Gobierno de coalición. Alemania "no puede permitirse un provincialismo estrecho". El ex canciller definió el euro como un motivo de orgullo y dijo que no habían tenido razón los que afirmaban que la moneda única era un "error". Señaló también que Europa no tiene que ser sólo un proyecto de la "razón", sino un "proyecto del corazón" y sentenció que "los malos espíritus no se han marchado todavía" de Europa.

Medidas disciplinarias

Poco antes, en Lüneburg, el presidente de la CDU, Wolfgang Schäuble, había indicado que la dirección del partido puede discutir sobre las consecuencias legales de lo ocurrido en la reunión de este domingo en Berlín, prevista para estudiar el informe de los auditores del partido.

Según Schäuble, cabe la posibilidad de exigir "reparaciones". En Wiesbaden, la capital de Hesse, el jefe del Gobierno, Roland Koch, manifestó ayer que de las cuentas paralelas que la organización del partido tenía en Suiza desde 1983 se sacaron un total de 7,8 millones de marcos entre 1993 y fines de 1997. De esa cantidad, sólo 3,5 millones de marcos regresaron a la CDU.

En Berlín, la familia del funcionario de la CDU que se suicidó anteayer ha desmentido la versión del partido, según la cual Wolfgang Hüllen se habría suicidado por motivos privados. El abogado de la familia, Wolfgang Wackers, manifestó a la cadena de televisión ZDF que no existía ningún motivo privado para un suicidio. Los móviles del suceso, sin embargo, son hasta ahora confusos. La fiscalía de Berlín investiga la sospecha de que el funcionario pudiera ser responsable de malversación de fondos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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