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Otro Kennedy bajo sospecha:Michael Skakel

Seis meses después de la muerte en accidente de avioneta de John John Kennedy, la familia estadounidense más conocida del planeta ve de nuevo su nombre asociado a la tragedia, la muerte y la maldición. Michael Skakel, sobrino político del asesinado senador Robert Kennedy, fue acusado ayer de un brutal crimen cometido en la fiesta de Halloween de 1975, cuando él y la víctima, Martha Moxley, tenían 15 años.La historia tiene todos los ingredientes para despertar el interés popular, y de hecho ya fue ayer la gran noticia de los medios estadounidenses. Durante 25 años, Dorthy Moxley, la madre de Martha, luchó para que el caso no fuera archivado, y durante todo ese tiempo, el principal sospechoso fue Skakel. Pero aunque los Moxley sean una familia rica, más poderosos son aún los Kennedy y sus parientes políticos, y, a falta de pruebas sólidas como el hormigón, nadie, durante esos cinco lustros, se atrevió a acusar oficialmente a Skakel.

George Thim, el juez de Bridgeport (Connecticut) que ha investigado el caso durante los últimos 18 meses, dio ayer ese paso y dictó una orden de busca y captura contra Michael, hijo de un próspero empresario y sobrino de Ethel Skakel Kennedy, la viuda del senador asesinado en Los Ángeles en 1968. La policía no encontró al acusado en su domicilio de Florida. A esas horas, Skakel, que tiene 39 años, viajaba hacia Connecticut para entregarse a las autoridades de ese Estado, según informó Michael Sherman, su abogado.

"Éste no va a ser el juicio de un Kennedy, va a ser el juicio de un joven acusado de asesinar a su vecina", dijo Sherman. "Mi cliente es inocente, y así piensa declararse ante el juez". No hubo reacción oficial del rico, influyente y desdichado clan Kennedy, pero sí de Dorthy Moxley, la madre de la adolescente asesinada. "He rezado durante tanto tiempo para que ocurriera esto...", dijo.

El suceso tuvo lugar el 30 de octubre de 1975, en vísperas de la fiesta de Halloween. Martha, vecina y amiga desde la infancia de Michael, acudió con un grupo de adolescentes a una fiesta organizada en casa de los Skakel, en los suburbios ricos de Bridgeport. El guateque tuvo la clásica carga de bromas macabras con que los adolescentes norteamericanos sazonan Halloween, y a su término, ya de noche, Martha regresó a su hogar.

Pero la muchacha nunca llegó a traspasar la puerta de su domicilio. Su cadáver fue encontrado a la mañana siguiente bajo las ramas de un abeto, en el inmenso jardín de la residencia de los Moxley. Martha había muerto vapuleada con un palo de golf. Tras propinarle múltiples golpes en la cabeza, el asaltante había rematado su brutal acción acuchillándole el cuello con la parte astillada del instrumento deportivo.

Desde el primer momento, la policía local sospechó de Michael Skakel. Pero sólo disponía de una prueba indirecta: el palo de golf roto encontrado en el lugar del crimen coincidía con un juego propiedad de la familia política de los Kennedy. No hubo detenciones y el caso hubiera sido cerrado de no ser por la tenacidad de la madre de la víctima.

En junio de 1998, el juez Thim recibió el encargo de estudiar el caso. Tras entrevistar a más de 40 personas, el magistrado decidió ayer acusar a Skakel y decretar su detención. Entre otras pruebas, Thim dispone del testimonio de varias personas que aseguran que Michael les confesó haber asesinado a su vecina durante los dos años, entre 1978 y 1980, que pasó en un centro privado de rehabilitación de drogadictos en Maine.

El alcoholismo y las drogas han sido una constante en la vida de la tercera generación de los Kennedy, los hijos y sobrinos del presidente John y el senador Robert, asesinados en los sesenta. David Kennedy, hijo de Robert, murió de sobredosis en 1984; Patrick Kennedy, hijo del senador Edward y actualmente congresista por Rhode Island, fue internado por adicción a la cocaína. Accidentes estúpidos han segado las vidas de otros miembros de la tercera generación: uno de esquí, en 1997, la de Michael Kennedy, hijo de Robert; otro de avión, el pasado verano, la de John, hijo del presidente abatido en Dallas.

Otros jóvenes Kennedy se la han tenido que ver con la justicia. William Kennedy Smith, sobrino del presidente, fue acusado en 1991 de la violación de una mujer en una propiedad del clan en Palm Beach. William fue juzgado y absuelto el siguiente año. Ahora, con la acusación de Skakel, ya están servidos los elementos del que será uno de los primeros grandes juicios mediáticos del nuevo siglo norteamericano.

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