_
_
_
_

Una muestra recuerda en Sevilla la vida y obra de Joaquín Turina

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

La primera partitura manuscrita de Joaquín Turina (Sevilla, 1882-Madrid, 1949) y la última, y en medio "la vida interesante, controvertida y contradictoria de un músico que vivió el París musical de principios de siglo y la guerra civil", dice Jorge de la Persia, comisario de la exposición Joaquín Turina. Notas para un compositor, abierta ayer en la Casa de Murillo de Sevilla. La muestra reúne partituras, cuadros, fotografías, carteles y otros documentos que ilustran sobre la vida y obra del compositor.

Notas para un compositor, organizada dentro de las actividades conmemorativas del cincuenta aniversario de la muerte del músico -que incluye la edición de dos discos, Grabaciones históricas y Nuevas grabaciones-, se ha realizado con material procedente del archivo de la familia de Turina, cuyos fondos están pendientes de catalogación y digitalización por la Consejería de Cultura. "Lo que hay en la muestra es una centésima parte del archivo Turina", señala De la Persia. Un material con el que se pretende reflejar la vida musical y el ambiente cultural de finales del siglo XIX y principios del XX y que repasa algunos de los momentos claves en la existencia del compositor sevillano. "Turina asistió a los estrenos de Debussy y Ravel, trabajó con los dramaturgos Gregorio Martínez Sierra y María Lejárraga y formó parte del movimiento musical conocido como Nacionalismo Español junto a Falla, Albéniz y Granados", recordó ayer Elena Angulo, directora general de Fomento y Promoción Cultural.Los retratos que de él realizó su padre, el pintor Joaquín Turina Areal, y su primera partitura, Vivísimo, de fecha desconocida, recuerdan su infancia y juventud en Sevilla.En la exposición, que permanecerá abierta hasta el 20 de febrero, se encuentra la partitura de Recuerdos de mi rincón, una obra para piano que Turina escribió en un café, en 1914, ilustrada con dibujos de su amigo Victoriano Alberdi. La etapa parisina, su regreso a Madrid tras el estreno de La procesión del Rocío y su colaboración con María Lejárraga en las óperas Margot y Jardín de oriente están presentes en la muestra a través de carteles y fotografías.

Asimismo, se exhiben cartas de Albéniz y la partitura de su primera ópera: La Sulamita, escrita antes de 1902 e inédita. Tarjetas de los ballets rusos que dirigió en 1918 y su última obra, Desde la terraza, son otras de las piezas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_