Zuloa, la penúltima
La última oportunidad para la librería y tienda de discos Zuloa de Vitoria estaba en las pasadas Navidades. Pero incluso en estas fechas tan jugosas para el comercio las ventas se han mantenido en la escala descendente que venía sufriendo este característico comercio del Casco Viejo vitoriano, lo que le ha llevado a convertirse en la penúltima pequeña librería en cerrar ante la competencia de las grandes superficies. Al final, no ha tenido más remedio que echar la persiana y desde ayer Zuloa liquida sus libros y discos con un 20% de descuento a la espera del cierre definitivo.Es la penúltima librería y/o tienda de discos "de autor" que cierra en Vitoria. Entre las razones que se manejan están la presión de las grandes superficies, la expansión de editoras y distribuidoras al sector de venta directa para reducir costes y aumentar ganancias o los cambios en las costumbres de los compradores.
Desde hace unos días Zuloa se ha unido así a la extensa y desgraciada nómina formada, sólo en Vitoria, por Herrikoia, Alfaro, Carusso, Hegoa, Linacero, Habana Records, Ziripot, "y un largo etcétera", como recuerda Imanol Pradells, uno de los socios fundadores del negocio junto a Juan Ibarrondo y Josu Gurtubay.
Este establecimiento, clásico entre la juventud alavesa (cuando se fundó el 13 de noviembre de 1987 en la calle Pintorería era la primera tienda que vendía en la ciudad libros y discos en un mismo espacio), abrió sus puertas con más ilusión y ganas que recursos económicos. Juan Ibarrondo recuerda los inicios de Zuloa: "Todo el local lo amueblamos entre nosotros; hasta pusimos el suelo. Afortunadamente, desde el principio tuvimos gran éxito, lo que nos llevó a mantener una idea en principio más que arriesgada, hasta que las presiones externas nos han llevado a cerrar".
Sin embargo, Zuloa se mantendrá en su otra sede de la calle Correría, un local dedicado principalmente a la presentación de libros y discos y a exposiciones y en el que se mantendrá la llama de la afición por los cómics y los libros de arte de la mano de Josu Gurtubay, el único de los socios que continúa en activo con este espacio.
Ésta de la especialización y la combinación con otras actividades es una de las salidas que tiene la cultura "en pequeño" si quiere mantener abiertos sus espacios. La otra es la opción que aún mantiene en pie la librería Jakin-tza, la única que en todo el centro de Vitoria ofrece un escaparate personal, especie en vías de extinción en el comercio librero.
A su frente se encuentran Begoña Knörr y Maite Arriola desde que hace 11 años se hicieran cargo de Jakintza. "Me ha afectado muchísimo lo de Zuloa, por lo personal y por lo laboral", comenta Begoña Knörr, quien añade un factor más a los que están llevando al cierre de las librerías: "Nos estamos acostumbrando a leer lo que nos dicen que tenemos que leer y ya nadie se para a buscar un libro o a charlar con el librero sobre las novedades".
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