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Bush camina por la senda de Reagan

"Ya sé que andan diciendo por ahí que no soy muy inteligente; la verdad es que prefiero ser subestimado a ser sobrestimado; ya me han subestimado en ocasiones anteriores". Así, y con su contagiosa sonrisa, respondió George Bush a un partidario de New Hampshire que, con mucho apuro, le preguntó en un mitin sobre el sambenito que sus rivales políticos y humoristas como Jay Leno y Dave Letterman le han endosado al principal candidato republicano a la Casa Blanca.Bush, según Leno, sería un simplón que, entre otras cosas, sólo conoce el nombre de un presidente norteamericano: el de su padre. Por no hablar del suspenso que cosechó cuando un periodista le preguntó por los nombres de los actuales presidentes de Chechenia, Pakistán e India. La supuesta simpleza del gobernador de Tejas ha ido creciendo de tal manera que ha terminado por llegar a las primeras páginas de The New York Times y de The Washington Post. A dos semanas de la primera cita de Bush con las urnas, las elecciones primarias que se celebrarán en New Hampshire el 1 de febrero, la aspiración de Bush de convertirse en el candidato republicano a la presidencia se enfrenta al serio desafío del senador y héroe de Vietnam John McCain. Pero subestimar a Bush tras haberle dado por casi seguro ganador el pasado verano puede ser un gran error.

Lo ha subrayado Elizabeth Dole. Al manifestar su apoyo a Bush, la ex ministra, ex presidenta de la Cruz Roja Norteamericana y esposa de Bob Dole recordó que Ronald Reagan también fue considerado como un simplón antes de su gran victoria electoral de 1980 y a lo largo de sus ocho años de presidencia. "Y Reagan", dijo Dole, "ganó la guerra fría y restableció la potencia de EE UU".

Reagan es el nombre clave en la campaña de Bush. Como el actor convertido en político, Bush machaca ideas sencillas pero populares, como su reciente propuesta de un radical recorte de impuestos. Como Reagan, predica un menor pero más efectivo peso del Gobierno. "El Gobierno", dice Bush, "no puede resolver todos los problemas; debe hacer pocas cosas, pero hacerlas bien". Y, como Reagan, despierta simpatía entre quienes le conocen personalmente.

Con botas vaqueras y cazadoras de aviador, Bush está haciendo campaña en New Hampshire del mismo modo que gobierna Tejas desde 1994. Habla con la gente, sonríe mucho y, cosa extraña entre los políticos, se ríe de sí mismo, incluidas las acusaciones de que es tontorrón. "La verdad", dice, "es que no me importa que la gente me zahiera. Nunca me he tomado por un genio, pero soy algo inteligente y tengo sentido común".

Bush es conocido internacionalmente como el gobernador de Tejas que ha dado luz verde a un tremendo número de ejecuciones, un total de 112 en los últimos seis años. Pero ese asunto despierta poca polémica en EE UU y, de hecho, ningún candidato se proclama partidario de la abolición de la pena de muerte. Los norteamericanos están más interesados por el "conservadurismo con compasión" que predica Bush. Pese a que defiende una acción minimalista del Gobierno, Bush cree que los poderes públicos deben implicarse en mejorar el bajo nivel de la educación pública en EE UU. "Sólo pretendo", dice, "que todos nuestros niños sepan leer y sumar", lo que no es el caso en la actualidad.

En una amplia gama de asuntos, la posición de Bush es centrista e incluso liberal. Es partidario del librecambio comercial, abierto a la inmigración, defensor de la promoción de hispanos y negros y partidario de buenas relaciones con México. Pese a oponerse personalmente al aborto, adelanta que no presionaría desde la Casa Blanca para declararlo ilegal. Y no quiere desmantelar el mínimo sistema norteamericano de protección social. "Hace 20 años, otro gobernador salió del Oeste con una filosofía conservadora que era optimista y abarcaba a todo el mundo. Reagan hizo una extraordinaria carrera del hecho de ser subestimado". Si este comentario de Elizabeth Dole al anunciar su apoyo a Bush es o no premonitorio comenzará a saberse en New Hampshire.

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