El yate
NEGRITASEl nuevo yate del Rey ya ha enseñado la proa. La proa y algo más: desde cualquier caño de la Bahía de Cádiz o con un teleobjetivo fotográfico es posible captar la imagen del sustituto del Fortuna, que ha sido uno de los secretos guardados con más celo por los astilleros militares de la Bazán de San Fernando desde que un grupo de empresarios mallorquines encargó el proyecto. Don Juan Carlos tenía previsto acudir ayer a las pruebas de mar del barco, que será repetida víctima de los teleobjetivos cuando navegue por el Mediterráneo.Quien sigue alistando barcos para la Gran Regata 2000 es el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Cádiz, Jesús de Sobrino, periodista experto en información náutica y ahora político municipal. La cita marítima, en los primeros días de mayo, servirá para que los gaditanos desempolven los viejos catalejos y avisten los grandes veleros amarrados a puerto. Como todo llega por mar, el mismo muelle de Cádiz de donde zarpó El Elcano hace una semana recibía el lunes al llamado correo de Canarias, el Juan J. Sister, y a un pasajero que traía mercancía sin declarar: 2,5 kilos de cocaína camuflados entre la ropa. Otra de buques: el Atlas, procedente de Tánger; y la imaginación que le echó al asunto la pasajera marroquí, con pasaporte francés, que intentó introducir a su hermano clandestinamente en España. Los agentes de la Guardia Civil se percataron de que otros dos magrebíes la ayudaban a descargar una pesada bolsa de viaje. Tan pesada, que en su interior iba su hermano, de 30 años, con bigote incluido.
Y a punto estuvo de naufragar la última vez que visitó Cádiz el consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, quien comprobó cómo se hundía el ascensor de la Delegación de Gobierno de la Junta con él dentro. La cosa quedó en el susto. Valiente, Zarrías ha vuelto a utilizar el ascensor esta semana. Será que con sus dotes de adivino conocía que el artefacto no se caería esta vez. Y es que Zarrías dijo ante los periodistas que no quería "jugar a pitoniso", pero recordó que ya había vaticinado la marcha de Manuel Pimentel y Amalia Gómez e incluso aventuró futuras renuncias en el PP. El PSOE ya no tiene que leer las entrañas de los animales para conocer su futuro electoral. Que le pregunten a Zarrías, si no está encerrado en un ascensor como López Vázquez en La Cabina.
ANTONIO HERNÁNDEZ-RODICIO
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