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Primakov despeja a Putin el camino hacia la presidencia rusa

Pese a los últimos reveses en Chechenia, el camino de Vladímir Putin hacia la presidencia de Rusia está despejado, y más después de que ayer su principal rival, Yevgueni Primakov, se presentase como candidato a la presidencia de la Duma (Parlamento), con lo que confirmaba indirectamente que no aspirará al Kremlin.Se veía venir. Primakov, cabeza de lista del movimiento Patria-Toda Rusia -puesto en pie por el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov-, intentó ganar un puñado de votos al decir dos días antes de las legislativas del 19 de diciembre que aspiraría a tomar el relevo de Borís Yeltsin. Pero los malos resultados de ese bloque electoral supusieron un mazazo moral del que aún no se ha repuesto. Sus posibilidades de victoria eran mínimas, y el antiguo primer ministro, de 70 años, no ofrecía el perfil del luchador tenaz capaz de llevar a contracorriente una campaña electoral agotadora.

Putin, primer ministro y presidente interino por voluntad de Yeltsin, y que ayer entró oficialmente en la carrera que culminará en las elecciones del 26 de marzo, es el indiscutible favorito para llegar el primero a la meta, incluso para evitar una segunda vuelta. La última encuesta de opinión le da el 55% de la intención de voto, y su rival más próximo (el comunista Guennadi Ziugánov) queda 42 puntos por debajo.

Tan despejado tiene Putin el panorama que las especulaciones se centran ahora en quién será su primer ministro, una competición en la que el exministro de Finanzas Mijaíl Kasiánov, recientemente nombrado "coordinador del Gobierno", parte con ventaja. Algún periódico incorpora a la pugna nombres como el de Anatoli Chubáis, un oligarca que fue vicejefe del Gabinete, hombre de confianza de Yeltsin y padre de un proceso de privatización que arruinó a millones de rusos.

Tentación autoritaria

Aunque el viento sople ahora a su favor, Putin necesita que las cosas no se le tuerzan, sobre todo la guerra de Chechenia, cuya conducción implacable ha sido la gran impulsora de su espectacular aumento de popularidad. También le conviene demostrar que sabe hacer algo más que dar la orden de avanzar a costa de machacar a bombazos la república caucásica. Por eso, el presidente en funciones ofrece signos de que continuará la reforma económica, evita cualquier destello de lo que más temen de él los demócratas (la tentación autoritaria) y promete combatir, incluso con una nueva y poderosa agencia especial, el cáncer de la corrupción.

En cuanto a Primakov, que hace apenas medio año era el político más popular de Rusia, se daría con un canto en los dientes si los diputados de la nueva Duma le dejaran terminar su brillante carrera de forma honorable como presidente de la Cámara que se inaugura oficialmente el próximo martes.

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