Hallado el coche con 20 kilos de dinamita en el que se escapó el etarra Rementeria
El coche más buscado por la policía, en el que huyó el 3 de enero el jefe del comando Vizcaya de ETA, Patxi Rementeria, fue localizado ayer por la Ertzaintza en una plaza de Otxandio (Vizcaya), donde llevaba aparcado nueve días cargado con 20 kilos de dinamita. Se trata del Ford Fiesta blanco en el que escapó el etarra tras frustrarse un atentado contra una patrulla de la Guardia Civil en el barrio bilbaíno de San Adrián. En el coche, abandonado a unos 45 kilómetros de Bilbao, había un subfusil, un escáner de frecuencias y varios detonadores. Se investiga si Rementeria iba solo y si el arma ha sido usada.
Todos los cuerpos policiales del País Vasco -la Ertzaintza, el Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil y las policías locales- buscaban desde el día 3 el coche con la bomba que iba a ser colocada al paso de una patrulla de la Guardia Civil en Bilbao, y en el que huyó el jefe del comando Vizcaya, Patxi Rementeria. Una llamada telefónica del Ayuntamiento de Otxandio (1.117 habitantes) a la Ertzaintza, alrededor de las 10.30 de ayer, resolvió el enigma de un vehículo que llevaba en paradero desconocido desde hacía nueve días.El Ford Fiesta estaba abandonado en un aparcamiento de la plaza Andikona, a unos 50 metros del centro de la localidad. En su maletero había una olla con 20 kilos del explosivo robado por ETA en Bretaña, y una bolsa con los detonadores, un iniciador rápido, un arma y un teléfono móvil.
Sin embargo, la bomba no estaba preparada para estallar ni "estaba direccionada", según informaron ayer fuentes policiales; es decir, no estaba colocada con inclinación y pegada a un costado del vehículo, para que el impacto contra su objetivo fuera mayor. Además, los detonadores y el iniciador no estaban conectados. De hecho, los responsables de la lucha antiterrorista están convencidos de que el Ford Fiesta, matrícula B-7860-BD y robado limpiamente el 2 de enero, era el coche que los etarras iban a usar para huir tras el atentado, y que el vehículo que iban a convertir en bomba era un Opel Kadett negro.
Huida hacia el sur
Según las primeras hipótesis, el comando Vizcaya tenía preparado atentar el día 3 contra una patrulla de la Guardia Civil, pero aquella mañana el coche policial no pasó. Decidieron posponer el atentado y trasladaron la dinamita desde el Opel Kadett negro -robado ese mismo día en Galdakao a punta de pistola-, hasta el coche de Rementeria, el Ford Fiesta blanco. Acto seguido, el etarra desapareció con el coche.
Rementeria, posiblemente gracias al escáner, supo de la detención de sus compañeros Guillermo Merino y Jon Urretavizcaya por la policía en Basauri y de la redada posterior que llevó a prisión a otros tres colaboradores del comando, lo que explica que huyera con intención de abandonar el coche, en vez de esconderlo o reservarlo para otra ocasión.
Rementeria tomó dirección a Durango y posteriormente puso rumbo sur, hacia Otxandio, a unos 45 kilómetros de Bilbao. Allí aparcó el coche junto a la iglesia, a unos 50 metros del Ayuntamiento, y lo abandonó. El turismo -con placas falsas, las puertas forzadas y el maletero lleno de explosivo y un subfusil- se quedó allí, inmóvil durante nueve días. "El Ford Fiesta blanco no había levantado ninguna sospecha hasta hoy [por ayer]", declararon en el Ayuntamiento. Los vecinos seguían aparcando sus vehículos en el lugar "con toda tranquilidad, sin percatarse de nada", agregaron estas fuentes.
Tras el aviso del Ayuntamiento, los agentes de la Ertzaintza se personaron a las once menos cuarto de la mañana y, al comprobar que tenía placas falsas, llamaron a la Unidad de Artificieros. Los especialistas desalojaron a los trabajadores de una obra cercana y acordonaron la zona. En una primera inspección hallaron en el maletero la olla con la dinamita. Todos los objetos localizados fueron trasladados a dependencias policiales para que sean examinados por la policía científica, que intentará obtener huellas dactilares.
La Ertzaintza quiere saber si Rementeria, al que se considera implicado en los asesinatos de los concejales del PP Miguel Ángel Blanco y José Luis Caso -aunque su autoría no está acreditada -, viajaba solo y si el subfusil había sido utilizado en otros atentados. Rementeria, deportado en Cabo Verde durante 10 años hasta su regreso clandestino a Europa, en 1996, es la prueba de que ETA está recuperando a militantes históricos para reorganizar sus comandos y dirigir a una nueva generación de terroristas.
Su reaparición al frente de uno de los comandos más emblemáticos, el Vizcaya, al que ya perteneció hace 15 años, confirma también que ETA está necesitada de terroristas experimentados. De su anterior etapa en la banda, en la que se enroló en 1981, está acusado de participar en 19 atentados, con un saldo de cuatro muertos y siete heridos.
La del día tres en Bilbao fue la primera intentona de ETA para cometer un atentado desde la interceptación de las dos furgonetas bomba con 1.700 kilos de explosivo que iban a ser detonadas en Madrid, pero la banda fracasó de nuevo y la operación policial se saldó con la desarticulación del comando Vizcaya.
Pese a que desde el final de la tregua ETA ha perdido siete activistas y casi 3.000 kilos de explosivos, el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, está convencido de que la banda intentará "hacer daño" antes de las elecciones, aunque subrayó que el temor a la amenaza etarra no debe llevar a "una situación casi de psiquiatra".
Mayor agregó, respecto al hallazgo de la dinamita y tras felicitar a la Ertzaintza, que lo importante no es la cantidad de explosivos incautados, sino el daño que estos puedan causar. "Estamos hablando de los kilos de dinamita como si fuesen kilos de fresa, cada kilo es mortífero, y muchas veces no somos conscientes de lo que significaban los 1.800 kilos de amosal o amonal que venían hacia Madrid. Un kilo de dinamita puede hacer muchísimo daño y 20 kilos pueden destruir muchas vidas humanas", dijo.
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