Un toxicómano sufre un secuestro y es apaleado en un descampado de Paterna
La Guardia Civil busca a dos desconocidos que en la madrugada de ayer secuestraron en Valencia a Emilio Javier G. I., un toxicómano de 30 años, y se lo llevaron a un descampado de Paterna,donde lo apalearon y torturaron con un martillo y un arma blanca. Los investigadores sospechan que se trata de un ajuste de cuentas por un asunto de drogas.En ese solar, entre el Parc Tecnològic y el Centro de Rehabilitación de Levante, los dos agresores le asestaron un fuerte martillazo en la cabeza, le hicieron varios cortes en los dedos de la mano derecha con un cútex y con sus golpes le causaron hematomas en el pómulo izquierdo y el ojo derecho, según fuentes médicas.
Tendido en el suelo, Emilio Javier -según relató más tarde a los investigadores- vio cómo se alejaban sus agresores en un Ford Fiesta blanco con un faro averiado. Luego, no recuerda si perdió el conocimiento. Dijo que sobre las 4.00 logró ponerse en pie y se dirigió hacia la autovía de Llíria. Pidió auxilio a varios conductores, pero su aspecto era tan deplorable, cubierto de barro y con la cabeza y las manos sangrando, que nadie se detuvo.
Tras dos horas de caminata, sobre las 5.50, llegó al retén de la Policía Local de San Antonio de Benagéber. "Vengo a presentar una denuncia", le espetó a los sorprendidos agentes. Fue trasladado al centro de salud de L"Eliana y de allí al hospital Arnau de Vilanova, donde, tras varias horas en observación, porque sufría mareos, le dieron de alta.
Emilio Javier denunció que sobre las 2.00 fue abordado por los dos ocupantes del Ford en la plaza de la Reina de Valencia (uno delgado y con barba; el otro muy joven) y le preguntaron dónde estaba un bar cercano. Dijo que les acompañó en el coche porque le invitaron a tomar una copa. Pero al salir del local, en vez de llevarlo a la plaza de la Reina le pusieron el cútex en el cuello y enfilaron la Pista de Ademuz.
Su padre, José, de 73 años, detalló que lleva unos siete años enganchado a la droga y que "todo le da igual desde que sabe que tiene el sida". "A mí", lamentó, "me ha quitado todo el dinero".
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