¡Viva Chapí, no Margarita!
La carta del pasado día 29 ¡Viva Chapí!, que criticaba al periodista de EL PAÍS, contiene, en mi opinión, más despropósitos que párrafos: en primer lugar, el crítico de este diario no hablaba mal de Margarita la tornera, simplemente marcaba distancias críticas. El firmante de la carta afirma que Margarita la tornera, 90 años ausente de los escenarios, es "una obra maestra".Lamento disentir de plano: si acaso, está bien que se rescate del olvido, aunque volverá de seguro a caer en él -y si no, al tiempo-, pero si afirma que es una obra maestra le recomendamos que aprenda a discernir lo verdaderamente grande de lo acartonado, carente de inspiración, pasado de moda e insincero, como es el caso de esta ópera, justamente olvidada, pese a los panfletos del por lo demás estupendo programa del Teatro Real. Panfleto sobre todo el que firma Emilio Casares, quien llega a afirmar que "quizá lo único de lo que todos debemos ser conscientes es de la necesidad de exhumar varios de los títulos que he ido citando" (óperas españolas olvidadas, es de suponer que todas o casi todas insufribles: otro trascendental descubrimiento, hace un par de años, fue la insoportable Los amantes de Teruel, de Bretón).
Sin embargo, el firmante considera que reponer dos otras obras maestras imperecederas, como Falstaff o Fidelio, es conservador y rancio. Se pueden hacer de ese modo (lo que no ha ocurrido en estos casos), pero estas obras se seguirán oyendo mientras exista el arte. Y Margarita... ¿qué nos apostamos a que jamás traspasa nuestras fronteras? ¿Viva Chapí? ¡Sí, el de La Revoltosa.- Emilio P. Sarmiento. Madrid.
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