Divergencias en Convergència
Desde los sectores más moderados de Convergència y, sobre todo, desde la propia Unió Democràtica, la iniciativa de la Declaración de Barcelona sobre el programa electoral conjunto con los nacionalistas gallegos y vascos se ve con preocupación.Cuando la coalición nacionalista está preparando su programa para las próximas elecciones generales les llueve desde Santiago de Compostela ese frente nacionalista que, sin pirotecnia verbal, se ha impulsado desde el aparato de CDC, aseguran los citados sectores.
"Éste es un acuerdo que nos perjudica [a CiU] especialmente. Contribuimos a ayudar al PNV, que está en una compleja situación en el País Vasco, y damos credibilidad al proyecto del Bloque Nacionalista Galego, pero nosotros lo único que conseguimos es asustar a nuestro electorado más moderado", manifestaba ayer un dirigente de Convergència.
Puede llegar a suceder que en la campaña de las próximas elecciones generales las propuestas que desgranará el cabeza de lista de CiU por Barcelona, Xavier Trias, discurran por un camino más moderado que las propuestas impulsadas desde el partido.
En Unió tampoco había ayer un exceso de entusiasmo. Su líder, Josep Antoni Duran Lleida, se ha cansado de advertir de los peligros de un frente nacionalista. Incluso en febrero del año pasado insistió en que la Declaración de Barcelona no debe marcar la estrategia política de CiU.
"La situación política catalana es singular y distinta de la vasca y la gallega. No debemos utilizar la Declaración de Barcelona como la fuente de nuestra estrategia política. La estrategia de CiU debe fundamentarse en nuestros propios planteamientos y documentos", afirmó.
Algunos dirigentes de la coalición han hecho llegar al presidente de CDC y de la Generalitat catalana, Jordi Pujol, su preocupación por las consecuencias que la foto con los nacionalistas gallegos y vascos puede tener en los resultados de CiU en los próximos comicios generales.
