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Las obras del metro ligero en Ciutat Meridiana empezarán este año

Las obras del metro ligero que conectará los barrios más periféricos de Barcelona, Trinitat Nova, Torre Baró, Ciutat Meridiana y Vallbona, con el de Can Cuyàs en Montcada i Reixac empezarán este mismo año. El director general de Transportes de la Generalitat, Enric Ticó, reconoció ayer que hay indicios de que así ocurra dado el carácter prioritario de esta infraestructura y después de haberse zanjado la polémica que les ha enfrentado en los últimos ocho meses con el Ayuntamiento, que veía más inconvenientes que ventajas en el proyecto.

Vecinos e instituciones sellaron ayer un acuerdo que deja aparcada la vieja reivindicación de este territorio, que siempre vio en el metro convencional la mejor forma de equipararse con el resto de la ciudad. Finalmente, ha sido la modalidad de transporte más económica y la que puede realizarse con mayor rapidez la que se acaba abriendo paso en un sector de orografía muy accidentada.Las razones económicas han sido las que han pesado a la hora de apostar por el metro de gálibo ligero, que circulará por una sola vía, porque la inversión necesaria asciende a 4.800 millones de pesetas, cifra a la que hay que sumar otros 1.000 millones para la compra de los dos trenes, cada uno de los cuales constará de dos vagones. El coste de la prolongación de la línea convencional del metro hasta estos barrios no bajaría de 16.000 millones de pesetas, a lo que habría que añadir unos costes de explotación muy elevados para una zona poco poblada, donde las previsiones de futuro hablan de 17.000 personas.

El teniente de alcalde y presidente del Distrito de Nou Barris, el socialista Antoni Santiburcio, consideró que la solución "es buena para el presente y no hipoteca el futuro".

Cambio de actitud

El radical cambio de actitud del Ayuntamiento de Barcelona respecto al metro ligero ha sido espectacular, aunque ayer se atribuyó a que se ha mejorado la conexión entre las estaciones para conseguir que el transbordo con la línea IV del suburbano que se producirá en Trinitat Nova sea lo más llevadera posible para los usuarios. Los representantes vecinales no ocultaban ayer su sorpresa respecto a un acuerdo que ellos atribuyen al cambio del panorama electoral.

A juicio de Santiburcio no hay duda de que el proyecto de metro ligero que se encuentra en fase de exposición pública "resuelve técnicamente muy bien la accidentada orografía de la zona". Tanto desde la Generalitat como desde el Ayuntamiento se hizo hincapié en que uno de los aspectos más positivos es que no invalida que a medio o largo plazo se convierta en metro convencional, para lo cual sería necesario perforar otro túnel en los tramos donde inicialmente sólo habrá uno.

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El metro ligero que unirá Trinitat Nova con Can Cuyàs no se parece a ninguno de los que funcionan en otras ciudades españolas y del resto de Europa. Se alimentará de una catenaria rígida y su frecuencia de paso es muy similar a la del Metropolitano. El ancho de la vía es el mismo del metro convencional, lo que facilitará el traslado de los trenes en caso de avería ya que no está previsto que disponga de talleres propios. Los convoyes tendrán una capacidad para 150 o 200 personas.

El futuro trazado dispondrá de cinco estaciones, con origen en Trinitat Nova y el final en Can Cuyàs. Efectuará parada en Ciutat Meridiana y en Torre Baró-Vallbona. Ticó admitió que si su funcionamiento es satisfactorio podría implantarse en otras zonas de la ciudad.

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