Las elecciones en Croacia abren el camino al desmantelamiento del régimen de Tudjman

Las elecciones parlamentarias que se celebran hoy en Croacia suponen el principio del inicio para desmantelar el régimen del presidente Franjo Tudjman, fallecido hace tres semanas. La Unión Democrática Croata (HDZ), el movimiento creado por Tudjman, hace campaña con la imagen del caudillo desaparecido, pero sus herederos admiten que Croacia necesita un cambio de rumbo hacia un alineamiento con la Europa occidental y alejarse de los Balcanes. Todas las encuestas pronostican un triunfo de los partidos de oposición.

Según un sondeo de la empresa Plus, que publica el semanario independiente Globus, la HDZ podría conseguir 50 escaños de un total de 140. La coalición opositora entre socialdemócratas (SDP, antiguos comunistas) y el Partido Social-Liberal (HSLS), 56 diputados. La alianza de otros cuatro partidos también opositores, agrario (HSS), liberales (LS), Congreso Democrático de Istria (IDS) y el Partido Popular (HNS), 29 escaños. La coalición de ultraderecha, del llamado Partido del Derecho (HSP) y democristianos (HKDU), 4 diputados. El resto de los escaños se los reparten los partidos de las diferentes minorías étnicas.La campaña electoral para las parlamentarias en Croacia fue corta, invernal y desangelada, carente de tensiones y sin el menor asomo de debate programático. La HDZ, el partido-movimiento de Tudjman, celebró el último mitin en la cancha del equipo de baloncesto Cibona en Zagreb ante unas 4.000 personas. Por el público asistente, el mitin parecía más bien una asamblea de miembros de un club de la tercera edad, que agitaban con escasa energía las banderitas croatas y coreaban las canciones de los artistas en el escenario. La selección de actuaciones parecía digna de una antología de la peor música ramplona, una mezcla de folclor barato para intentar explotar los sentimientos nacionales del público.

Ventajas electorales

El régimen croata ha tratado de sacar las máximas ventajas posibles de la convocatoria electoral en una fecha tan insólita como el 2 (ayer votaron los croatas que viven en el extranjero) y el 3 de enero, cuando el electorado todavía no se ha recuperado de la resaca de la llegada de 2000. El objeto de esta fecha parece triple en los cálculos de la HDZ: aprovechar la presencia en Croacia de los emigrantes durante las vacaciones navideñas y el buen efecto del cobro del aguinaldo por los asalariados; sacar partido del efecto emocional derivado de la muerte de Tudjman y reducir a un mínimo de dos semanas la campaña electoral para evitar, en la medida de lo posible, un debate sobre la difícil situación económica que atraviesa el país.

Las elecciones de hoy son mucho más limpias que las celebradas en vida de Tudjman. La televisión oficial croata se mantiene en la línea de rendir culto al régimen en sus informativos. No obstante, los programas electorales que seguían al telediario de más audiencia, a las 19.30, dieron cabida a debates y propaganda de todos los partidos. Sin duda, tales programas contribuyeron a bajar el insomnio en Croacia, porque se trataba de insoportables y tediosas declaraciones, que se prolongaban hasta las dos de la madrugada.

Los sondeos demoscópicos, de dudosa fiabilidad científica en la todavía joven república croata, pronostican una clara victoria de la oposición en estas elecciones. Existen dudas sobre la exactitud de las encuestas y a ellas se añade la incertidumbre sobre el posible efecto Tudjman en el electorado. La HDZ ha inundado el país con un cartel electoral en el que el difunto padre de la patria sostiene a una niñita ataviada con traje regional y el lema "Todo para Croacia". Los siete oradores del mitin final de la HDZ, además de las pullas contra dirigentes de la oposición, tan sólo citaron en sus discursos en 12 ocasiones a Tudjman, más una mención al controvertido cardenal croata Aloizije Stepinac, beatificado en octubre de 1998 por el papa Juan Pablo II. A pesar de estas referencias a Tudjman, se palpa, incluso en las filas del HDZ, la necesidad de pasar página y superar la desaparición del padre de la nueva Croacia. Los oradores del mitin de la HDZ no cesaban de insistir en que el porvenir de Croacia se encuentra en Europa y en la necesidad de evitar que el país caiga en cualquier forma de alianza balcánica. Esta obsesión antibalcánica era una idea fija de Tudjman. Al mismo tiempo, el difunto caudillo se había convertido en un obstáculo para esa integración de Croacia en las estructuras euroatlánticas, a las que ahora, al menos de palabra, aspiran sus seguidores.