Cientos de granadinos abuchean al gobierno "tripartito" por cambiar la fiesta de la Toma
La conmemoración del 508 aniversario de la conquista de Granada por los Reyes Católicos volvió ayer a rodearse de polémica. Gran parte de las 3.500 personas congregadas ante el Ayuntamiento, muchas con banderas de España y algunas con enseñas preconstitucionales y de la Falange, abuchearon y silbaron la lectura del Manifiesto por la concordia y las culturas, una novedad introducida por el Gobierno tripartito (PSOE, IU y PA) para favorecer "el respeto y la tolerancia" en esta fiesta. La disconformidad con éste y otros cambios provocó la ausencia del PP y del Ejército en los actos.
El alcalde de la ciudad, el socialista José Moratalla, que también fue insultado a la llegada de la comitiva al Consistorio, cree que las personas que vituperaron la lectura del manifiesto fueron organizadas y traídas de fuera de Granada en autocares "expresamente para reventar el acto". Advirtió, no obstante, de que este dato deberá ser confirmado.Las personas reunidas en la Plaza del Carmen en la mañana de ayer aplaudieron la tremolación del Pendón de Castilla, la interpretación del himno nacional y dieron vivas a España, el Rey y Granada. Los silbidos reprobatorios comenzaron a la llegada de la comitiva cívica al Ayuntamiento y durante la interpretación del himno de Andalucía. Pero el abucheo arreció al final, cuando la edil Adoración Galera comenzó la lectura del manifiesto que aboga por una fiesta de "convivencia, respeto y tolerancia entre las culturas" que poblaron Granada antes y después del 2 de enero de 1492.
Algunos de los congregados portaban banderas de la Falange. También ondearon enseñas españolas preconstitucionales y pancartas de Democracia Nacional. Fue este grupo el que repartió varios cientos de banderas españolas entre los asistentes y panfletos en contra de quienes quieren "prohibir sibilinamente" los actos de la Toma: "Pretenden, negando nuestras tradiciones y nuestra historia, negar a España. ¡No a la felonía antiespañola!".
Los cambios en la conmemoración de la Toma, aprobados por el tripartito el pasado 29 de diciembre, mantienen, básicamente, las raíces del ritual establecido en 1516. Eliminan, sin embargo, los actos del día 1 de enero y la ofrenda floral a la estatua de Boabdil, ceremonia introducida por el Gobierno municipal del PP hace tres años y suprimida a petición de la comunidad musulmana, cuyo credo no permite la veneración de imágenes.
La modificación de los actos también contemplaba la reducción de la presencia de las Fuerzas Armadas de cien a una decena de soldados. Ayer, sin embargo, el Pendón de Castilla tuvo que ser escoltado por la Guardia Municipal ante la negativa del Ejército de enviar una escuadra de gastadores (nueve soldados) para su protección. El alcalde aseguró que el Ejército ha justificado su ausencia porque "estima que una escuadra no es representación suficiente" en la comitiva.
Como habían anunciado, los concejales del PP en el Consistorio tampoco asistieron a la conmemoración. Protestaron así contra la decisión del tripartito de no consultar los cambios de la fiesta con el Foro de las Culturas, órgano constituido para tal efecto. Los actos de la plaza del Carmen estuvieron precedidos de la tradicional procesión de la comitiva cívica hasta la Capilla Real, donde están enterrados los Reyes Católicos. Allí fue tremolado el Pendón y se ofició una misa en la Catedral. El arzobispo de Granada, Antonio Cañizares, recordó en su homilía que "los cristianos de Andalucía fueron forzados al destierro en el siglo XII" y aseguró que "la fe en Cristo no aboca a la intolerancia" y sí "al diálogo, la paz y la convivencia".
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