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El cubo vacío de Barañáin

El mayor escenario artístico de Navarra se encuentra cerrado a cal y canto desde su construcción, hace ya más de siete años. Se trata de un gran teatro levantado en la localidad de Barañáin, el tercer municipio navarro, de 21.000 habitantes, y cuyas obras nunca fueron finalizadas al surgir serios problemas para su financiación.A día de hoy, el Ayuntamiento de Barañáin, promotor original del auditorio, rebautizado posteriormente como Centro de Desarrollo de las Artes Escénicas, estudia los términos de un acuerdo de colaboración aprobado el pasado lunes por el Gobierno foral que permitirá desbloquear las obras. El Ejecutivo de UPN garantiza una inversión de 201 millones de pesetas a pagar en los próximos tres años, pero el consistorio necesita al menos otros 135 millones más para acabar el edificio. "No renunciaremos a conseguir financiación complementaria", ha señalado el independiente Joaquín Olloqui, alcalde de población.

El auditorio formó parte en 1987 de un proyecto de complejo cultural municipal que incluía la construcción de una escuela de música y una casa de cultura anexas, finalmente realizadas. Pero el 6 de octubre de 1992 los trabajos principales quedaron paralizados.

El enorme cubo destinado a albergar el mayor escenario de Navarra construido hasta la fecha quedó vacío y sin contenido. Sólo se levantó su estructura, formada por un sótano, vestíbulo, patio de butacas con capacidad inicial para 850 espectadores, anfiteatro, foso de orquesta, caja escénica de 33,5 metros por 14 metros en planta, 20 metros de altura más sótano, y una banda de siete plantas de altura destinada a camerinos y dependencias auxiliares. Un enorme esqueleto que ha permanecido varado en el centro de Barañáin sin un soplo de vida, pero con unas enormes posibilidades artísticas y culturales.

El consistorio de Barañáin, actualmente gobernado por un equipo formado por una candidatura independiente, el PSN-PSOE y CDN (y donde UPN no está presente al haber olvidado el partido presentar las candidaturas para las pasadas municipales en el plazo legal establecido), ha gastado ya 336 millones en esta gran infraestructura escénica, la única existente actualmente en la capital navarra y su entorno inmediato junto al Teatro Gayarre.

Barañáin exige al Gobierno foral que se comprometa con más dinero para acabar el teatro y firmar después un convenio plurianual de financiación compartida del conjunto. El Ejecutivo sólo quiere pagar el 60% del proyecto de terminación. Barañáin habla del 60% del presupuesto global del auditorio, lo que elevaría considerablemente la aportación gubernamental. Y ahí sigue la pugna política.

Iniciativa propia

El municipio, enfrentado también al Ayuntamiento de Pamplona y el Ejecutivo de UPN por la atracción de grandes superficies comerciales, encargó en 1997 al mismo equipo de profesionales que elaboró el proyecto original, un nuevo plan de reforma y conclusión de los trabajos. Se adaptó la obra a las nuevas normativas de seguridad y a las necesidades de una nueva orientación programática y el Ayuntamiento se encontró con un presupuesto de gastos de otros 335 millones de pesetas para acabar la obra civil, a los que habría que añadir 90 millones más para equipamiento.

La pelea política se ha reactivado en este final de año con amenazas municipales de movilización e incluso el aviso de un encierro de concejales porque UPN sólo invertirá en la obra los 201 millones comprometidos para 1999 y no los casi 450 millones necesarios para el funcionamiento de todo el complejo.

La corporación de Barañáin se siente engañada. Asegura que UPN se comprometió a financiar toda la obra restante y añade que si no lo hace, el municipio no podrá acabarla por sí sola. Y mientras tanto, el mismo Gobierno regionalista promueve en Pamplona su propio proyecto de Auditorio-Palacio de Congresos, una obra presupuestada en 11.000 millones y diseñada por un equipo de tres profesionales encabezado por el arquitecto estellés Patxi Mangado que se empezará a construir el próximo año junto a la Ciudadela y el Gobierno Militar de la ciudad.

El proyecto cultural

Mientras los políticos se pelean por el dinero que pueda financiar el centro de artes escénicas de la localidad navarra, el documento técnico de reforma sigue esperando que llegue el día en que se haga realidad la carga cultural y artística que encierra.El proyecto incluye una sala redimensionada en comodidad y con capacidad para 530 butacas, un sistema desmontable de cobertura del foso de la orquesta, un anfiteatro para 99 personas, una caja escénica de 14 metros de fondo, 15 de anchura y 7,50 metros de altura, y la introducción de cuatro salas de ensayo sobre los hombros del complejo de 90 metros cuadrados cada una, además de múltiples camerinos, galerías, áreas administrativas... Todo ello es por ahora apenas eso, un mero proyecto, el más ambicioso y completo de cuantos se han promovido hasta ahora en Navarra en el terreno escénico y cultural, que sigue esperando el dinero necesario para convertirse en realidad.

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