UPN dice que las "intolerables intromisiones" vascas impiden cualquier acercamiento navarro

Navarra no podrá normalizar sus relaciones políticas con Euskadi ni ampliar su cooperación con la comunidad autónoma vasca mientras se mantengan las "inadmisibles e intolerables" actitudes de "intromisión" de sus instituciones hacia la comunidad foral. Así lo reiteró ayer en repetidas ocasiones el portavoz parlamentario de Unión del Pueblo Navarro (UPN), Alberto Catalán, en el debate en el que regionalistas y socialistas aprobaron definitivamente con sus únicos votos el proyecto de ley de Presupuestos para el año próximo. Las cuentas consensuadas ascienden a 357.673 millones de pesetas y en ellas los partidos de la oposición no han conseguido introducir apenas cambios.

El Legislativo navarro cerró ayer el largo proceso de debate presupuestario iniciado semanas atrás con la derrota de las numerosas enmiendas a la totalidad presentadas contra el proyecto y desarrollada después en los debates de comisión, donde el consenso entre UPN y el PSN rechazó la inmensa mayoría de las enmiendas parciales planteadas por Euskal Herritarrok, IU, Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN) y la coalición EA-PNV.La sesión final, en la que se discutieron 290 enmiendas parciales, no modificó la tónica de la cordial relación presupuestaria entre conservadores y socialistas, que apoyaron las cuentas tras haber pactado un giro a la izquierda en el proyecto original concretado en un aumento de gasto de 6.000 millones de pesetas en inversiones reales y capítulos sociales.

Conocido de antemano el resultado, la sesión plenaria sirvió para resucitar algunos debates puntuales, como el relativo a la demanda de liberalizar los peajes de la Autopista de Navarra (A-15), nuevamente rechazado, o el intento de EA-PNV de crear una partida presupuestaria para financiar la creación de un nuevo órgano permanente de encuentro con Euskadi.

Los parlamentarios de EH fueron expulsados de la sala al inicio de la sesión tras exhibir varias pancartas reclamando el acercamiento de los presos etarras, por lo que todas sus enmiendas quedaron sin defensa alguna.

La coalición EA-PNV defendió, por boca del ex consejero vasco de Agricultura y parlamentario navarro del PNV José Manuel Goikoetxea, un mayor apoyo económico para proyectos, instituciones e iniciativas de interés mutuo de Navarra y el País Vasco, como por ejemplo un posible convenio que resuelva el contencioso de la carretera N-121 en su tramo Endarlatza-Behobia, a su paso por Guipúzcoa, resucitar el órgano permanente de relación con Euskadi, mayores niveles de colaboración en materia lingüística y cultural o aportar financiación a los centros vascos diseminados por el mundo, en los que están presentes muchos navarros de la diáspora.

60 millones

En casi todos los casos el portavoz de UPN, Alberto Catalán, expresó el rechazo tajante del Ejecutivo foral y de su partido a esas intenciones, asegurando que Navarra podrá mejorar sus escasas relaciones con las instituciones vascas "cuando haya respeto y no esas intromisiones intolerables que llevan produciéndose continuamente desde hace años". UPN señaló que, mientras tanto, no será posible modificar los actuales parámetros de relación, basados en un puñado de convenios sectoriales y ligeras relaciones en el marco transfronterizo (Navarra-Euskadi-Aquitania), a los que el año próximo se dedicarán 60 millones de pesetas.

A juicio de los regionalistas, la intromisión nacionalista llega al extremo de mantener condiciones "inadmisibles" en una materia como la de carreteras. En concreto, Catalán aseguró que es inaceptable que la Diputación de Guipúzcoa pretenda un acuerdo con Navarra para resolver el nudo fronterizo de la N-121 entre Behobia y Endarlatza basado en que la titularidad del tramo (ahora en manos de la comunidad foral) pase a depender de Guipúzcoa y Navarra "renuncie en el futuro a crear nuevas conexiones con el estado francés". De igual forma, UPN criticó con dureza a los nacionalistas por pedir en Navarra la liberalización total de peajes en la A-15 pero no hacer lo mismo en la A-8, cuya titularidad acaba de conseguir el Gobierno vasco.

Al final, todas las enmiendas nacionalistas fueron rechazadas, al igual que las del resto de la oposición.