Sorpresa para los expertos
La perplejidad ciudadana es compartida por los expertos franceses en climatología, y eso que, con algún error de cálculo, el Centro Nacional de Investigación de Météo France había extrapolado el recorrido posible del torbellino de apenas 300 kilómetros de diámetro que el sábado por la mañana empezó a asomarse ante las costas francesas. El fenómeno les resultaba tan extraño que los meteorólogos no dieron inicialmente crédito a lo que les indicaban sus cálculos y sólo dieron la alerta el sábado por la tarde. La realidad confirmó con mayor gravedad de lo previsto el recorrido establecido por sus ordenadores.
En buena medida, el mecanismo de formación de estos vientos huracanados sigue envuelto todavía por un velo de misterio. El ingeniero jefe de centro investigador de Météo France, Philippe Bougeault, explica en Le Monde que estos fenómenos se desencadenan cuando dos anomalías atmósfericas bautizados como torbellinos potenciales, situados a una decena de kilómetros de altitud y cerca de la superficie del océano, se sitúan en vertical, uno sobre otro y entran en sinergia.
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