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El "otro" Bilbao estrena oficina

Naiara Galarraga Gortázar

Los políticos habían asegurado que abriría sus puertas a mediados de diciembre. Cumplieron la promesa. El pasado día 16 iniciaba su andadura una oficina municipal con la que el Ayuntamiento intenta entrar de lleno en el otro Bilbao. En la zona más olvidada y marginada de la ciudad. El Bilbao del Guggenheim también tiene una cara fea en la que en vez de titanio y turistas hay viviendas que se caen, yonquis y miles de vecinos que a duras penas pueden frenar el deterioro de la zona. Vecinos y asociaciones cruzan los dedos para que esta vez se cumpla la promesa de las instituciones de darle la vuelta a la zona.La Oficina para la Rehabilitación de Bilbao La Vieja nace con la vocación de ser muchas cosas a la vez, incluido actuar como los ojos y los oídos de las instituciones a pie de calle.

Aunque el grueso del plan para rehabilitar los barrios de Bilbao La Vieja, San Francisco y Zabala se diseñará en despachos oficiales, el pequeño local abierto al público hace once días será el lugar donde se contrasten lo plasmado en papeles con membrete con la realidad cotidiana. "Aún estamos aterrizando", explica Joseba Unzurrunzaga, una de las cinco personas que gestionarán la oficina. Este exconcejal, otros dos altos cargos municipales -la también exedil Ana Reka y el responsable de Survisa, Ángel Nieva- y dos secretarias constituyen todo el personal para atender a un público potencial de 18.000 vecinos.

Ejercer de punto de encuentro entre las instituciones, los movimientos vecinales y las asociaciones es otra de sus tareas. Eso será cuando ya les conozca el vecindario. En sus primeros días dedicaron buena parte del tiempo a explicar qué harán, además de a montar la infraestructura.

PASA A LA PÁGINA 2

La Oficina de Rehabilitación intenta coordinar su labor con toda la corporación

VIENE DE LA PÁGINA 1 Y es que aún existe cierto despiste entre los vecinos sobre las funciones de la oficina. El local abierto en San Francisco número 3 "no es una oficina para autorizar o desautorizar nada", explicaba días después de la apertura Unzurrunzaga. Es decir, que a aquel vecino que se acercó pidiendo ayuda para solucionar un conflicto en su comunidad de vecinos, poco más pudieron hacer que sugerirle qué pasos dar para intentar zanjarlo.

Pese a no poder entrar en asuntos puntuales como ése ni ser el lugar donde reclamar ayuda social, la oficina tiene una función muy amplia: coordinar las actuaciones que las instituciones vayan decidiendo llevar a cabo para regenerar urbanísticamente y socialmente la deprimida zona, ejercer de enlace entre las instituciones y las asociaciones que desde hace años trabajan en las trincheras para mejorar la calidad de vida de los vecinos e informar a todos los involucrados de la evolución de la rehabilitación. En definitiva, sus escasos metros cuadrados pretenden ser un "lugar de encuentro" de quienes viven en el Bilbao más marginado y las instituciones que se han comprometido a echar el resto -aunque aún no se han cifrado las cantidades a invertir- para sacarles de este agujero.

Discrepancias

Antes de montar los ordenadores, las líneas telefónicas y convertir el local una oficina de verdad, sus responsables mantuvieron una veintena de reuniones internas en el Ayuntamiento para presentarse.

Unzurrunzaga explica cuál era el objetivo de estos encuentros con los responsables de prácticamente todas las áreas y departamentos: "Estuvimos con ellos para pedirles información, explicarles qué es la oficina y cómo están los temas que les competen". Como explica el exconcejal, necesitaban empaparse bien de lo que se cuece en el Ayuntamiento para luego explicarselo a los movimientos vecinales cuando pregunten. Su gran aval para este trabajo es ser "interlocutores de los vecinos como conocedores de la Administración".

Como la rehabilitación pretende ser integral abarcará todos los ámbitos: sanidad, educación, marginación, pobreza, cuestiones urbanísticas, de seguridad ciudadana, medioambientales,...

Dos días después de la apertura, una treintena de asociaciones aseguraron no saber oficialmente cuál es el cometido de la oficina. Unzurrunzaga quita hierro al asunto y asegura que prefiere no opinar las discrepancias que pueda haber.

La oficina abre de lunes a jueves de 9 a 2 y de 4 a 7.30. Y los viernes sólo de mañana.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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