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Tránsito

Enrique Gil Calvo

Ésta es mi última columna del año que para muchos cierra tanto el siglo XX como el segundo milenio. Ya sabemos que no es así, pues el final aritmético no se produce hasta que se cumpla el decenio, cuando concluya el año 2000. Pero tampoco hay que ser puristas, pues tan artificial es el sistema métrico decimal como la grafía hindú o arábiga con que se lo representa. Desde una óptica icónica, la imagen del cambio se identifica mucho mejor con el paso de los tres nueves a los tres ceros. Además, el milenarismo informático se realimenta con el terror digital al efecto 2000, que es tan ficticio como el algebraico. Así que, para escarnio de rigoristas, la liturgia del rito de paso parece más oportuna en este próximo viernes que dentro de un año.Sin embargo, yo no veo por ningún lado motivos auténticos para celebrar el tránsito. Las conmemoraciones que se anuncian son demasiado postizas para resultar verosímiles, el efecto 2000 es un lobo que no asusta ni a los pastorcitos informáticos que nos amenazan con él y, en fin, los tiempos que corren no están como para tirar cohetes según se disponen a hacer nuestras incalificables autoridades municipales. De modo que el tránsito milenario no se anuncia como un trance extraordinario, sino como un mero trámite prosaico. ¿Por qué parece el montaje tan increíble? ¿Por qué suena todo tan falso? Para que el rito de paso resultase verosímil haría falta que un nuevo Bob Dylan pudiera cantar The times they are a-changin'. Pero no hay tal.

Es verdad que muchos iletrados se dejan seducir por el espejismo de Internet y que la inflación ya no afecta a las monedas ni a las mercancías, sino a las transacciones bursátiles, que se multiplican circularmente. Pero de ahí a pronosticar una inmediata revolución cultural o económica media un abismo que sólo los más crédulos intentan cruzar, pues el ciudadano común se queda tan ajeno como escéptico al advertir que en todo esto sólo salen ganando los Juan Villalonga y los Bill Gates. De modo que, a pesar de toda la billonaria propaganda que pondera las maravillas digitales por venir, lo cierto es que en este fin de siglo no existe ninguna ilusión de futuro ni conciencia alguna de esperanza progresista. Antes al contrario, cunde la imprecisa sensación del dejà vu, como si sólo nos aguardase el eterno retorno de lo mismo. De ahí, la paradoja de que cuanto mayor es el progreso tecnológico y financiero mayor es también la regresión política y civil.

Por eso el rito de paso del fin de siglo parece no un tránsito hacia el siglo XX, sino un regreso hacia el XIX. También hace cien años brillaba el mismo espejismo tecnológico, entonces eléctrico, hoy electrónico. También imperaba el mismo capitalismo financiero, con base no en Nueva York como ahora, sino entonces en Londres, según analizaron autores como Rudolf Hilferding o John Hobson. Y también reinaba el mismo liberalismo oligárquico controlado por la cúpula de los partidos, que entonces disputaban los despojos administrativos del spoil system y hoy pugnan por la financiación clandestina del tráfico de influencias, las comisiones inmobiliarias o las stock options.

Mientras tanto, ante semejante clima de corrupción política y financiera que la excluye y la defrauda, la ciudadanía se encoge de hombros y se dedica a lo suyo, completamente apartada de la cosa pública. Así es como la fachada del prestigio de gigantes como Helmut Kohl, que pasaba por ser el gran arquitecto de la Europa alemanizada, se arruina y desmorona en un solo día entre la indiferencia general. Al mismo tiempo, en Italia se pretende rehabilitar a Berlusconi o a Craxi mientras en Francia prosigue la corrupción de gaullistas y socialistas. Entre nosotros, González sigue sin dar explicaciones por Filesa o los GAL. Claro que nos quedan Aznar y sus hombres cargados de opciones, que, con su ilusión de futuro, nos llevan en volandas hacia el siglo que viene para retrotraernos a la restauración canovista, caciquil y clientelar. El milenio acaba, pero el spoil system persiste sin que la sociedad civil tenga algo que objetar.

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