Madrid, capital de Oriente Próximo

José María Aznar reiteró ayer el ofrecimiento español para que Madrid, que en octubre de 1991 albergó la conferencia que sirvió de inicio al proceso de negociaciones en el Oriente Próximo, sirva también de marco para la firma definitiva de la paz."Me gustaría mucho que, a lo largo del año 2000, Madrid fuera otra vez lugar de paz; que sea una vez más donde pueda culminar ese avance de paz", recalcó Aznar, quien ofreció a sus dos anfitriones, el primer ministro israelí, Ehud Barak, y el presidente de la Autoridad Nacional palestina, Yasir Arafat, el apoyo de España "para facilitar las cosas".

Aznar ya ofreció hace un año al entonces jefe del Gobierno israelí, Benjamín Netan-yahu, la capital española para albergar encuentros de paz entre las partes implicadas en el conflicto. A la postre, sólo se celebró un encuentro entre empresarios españoles e israelíes.

El presidente español, quien el viernes reconoció por vez primera el derecho del pueblo palestino a contar con un Estado propio, "debidamente establecido y reconocido" y "con su tierra garantizada", aseguró ayer que las próximas semanas "van a ser decisivas" para el proceso de paz.

"Sin duda, hay que superar muchas dificultades. Pero, sin duda también, espero que se puedan superar con el esfuerzo de todos, con decisión y determinación", afirmó. Se refería especialmente a la apertura de conversaciones entre Israel y Siria, cuyo presidente, Hafez el Asad, según fuentes diplomáticas españolas, está interesado ahora en un acuerdo que le garantice una sucesión en calma.

Aznar y su familia regresaron ayer por la tarde a Madrid tras haber visitado los principales lugares sagrados de Belén y Jerusalén, desde la basílica de la Natividad hasta el santuario del Santo Sepulcro. La acumulación de fieles de las distintas religiones provocó más de un roce con su escolta.