Navidad
Con la excusa de tener que ir a una nueva manifestación, ahora de alegría, por la Ley de Extranjería, Conxa me citó en un bar del centro de la ciudad dos días antes de Navidad. "Venimos de parar toda la circulación", dijo a modo de saludo. Vestía el poncho nuevo, la pashmina lila y un superbolso que ocupó media mesa. Sonrió: "Estoy contenta, antes de manifestarme he ido al ginecólogo y no sólo estoy sana, sino que estoy preparada para lo que venga... como si fuera un inmigrante a punto de recibir el permiso de trabajo: así espero a mi Gorka el día de San Esteban". Las metáforas de esta chica siempre me desconciertan, pero voy comprendiendo que Conxa es así.Ya que ella había mencionado el tema, aproveché: ¿has dicho que el ginecólogo te había preparado para algo? "Mujer, estoy enamorada, ¿lo entiendes? Ahora querrás saber si uso pastilla, diu, diafragma o un chip... ¿para explicárselo a la gente?...". Es un asunto importante, me defendí. A fin de cuentas, se supone -añadí- que también debo investigar cómo se organizan las chicas de tu edad... y la investigación no avanza... "¡Quieres decir que los resultados no son los que tú esperabas o que resulta que no te aclaras! A los periodistas hay que dároslo todo masticado; escucha: salir con Gorka me hace replanteármelo todo, incluso mi libertad, mi autonomía, mi independencia, ¡mi soberanía! ¡Pienso en tener hijos, cosa que para mí es una sorpresa! Hijos guapos y listos como él, Gorkitas... medio vascos, medio catalanes (un poco madrileños). Hijitos".
Reconozco que no estaba preparada para eso y la provoqué: ¿hijitos que se parezcan a Arzalluz? Pero ella sonrió: "¿Cómo has adivinado que Gorka siente simpatía por el PNV? Los nacionalistas, una gente tan perseguida, tan provocada y siempre puesta a prueba...". No era cuestión de contradecirla: el amor no se discute. En ese momento, un pedigüeño se nos acercó a vendernos kleenex y una revista llamada La Luz de la Verdad; Conxa abrió su bolso y le entregó un paquete que llevaba dentro: "Es para ti", dijo. "Señora...", protestó el chico que, evidentemente, quería dinero. "¿No me dejas hacerte un regalo?", insistió Conxa. El hombre abrió el paquete para verificar: apareció un Papá Noël con una pancarta en la que ponía: "No emprenyis el meu amic". El pedigüeño, que no sabía si enfadarse o estar contento, la miró como diciendo "no me puedo comer un Papá Noël", pero optó por decir "gracias" y se fue con el paquete. Me quedé de una pieza.
No hizo falta preguntar, estaba claro: "Esta mañana he ido de compras; mi madre, que está muy contenta con lo de Gorka, me ha hecho un préstamo y me he comprado un vestido azul fuego maravilloso, irresistible, escotado y caro. Me he comprado unos zapatos, una blusa y un jersey... figúrate el dispendio. Añádele el detector de contaminación para mi padre, el Diccionario de los sentimientos para mi madre, le chifla José Antonio Marina, un collar para Hilary, la perrita de Leni, que agradece estos gestos y se lo debo, un bote de ultraantiarrugas láser para Crispita... y detallitos para los del despacho. He gastado tanto dinero que no podía irme tan tranquila, así que he comprado un lote de Papá Noeles para los imprevistos a los de la ONG de mi barrio. También tengo uno para ti". De mi paquete salió otro Papá Noël idéntico.
Le di las gracias y le pregunté qué regalo le haría a Gorka. "Le he comprado una deliciosa caja fuerte de bolsillo para llaves... es un maniático de las llaves, las alarmas, esas cosas que guardan lo esencial. Dentro de la caja fuerte va un pequeño corazón de plata, el mío, y la fecha del día en que nos conocimos". No me atreví a darle un christmas de diseño que le llevaba en el que Bridget Jones decía: "Todas las mujeres buscan a un hombre que no existe y todos los hombres buscan a una mujer que ha dejado de existir". (Continuará)
Resumen de lo publicado: El amor de un vasco ha transformado la vida de Conxa, treintañera barcelonesa que trabaja como creativa / ejecutiva en una compañía de publicidad. Conxa, a la que en Madrid llaman Inma, mujer de identidad múltiple, aporta su diario y su tiempo a una difícil búsqueda del perfil generacional de las treintañeras españolas.
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