Una 'limousine' de 255 millones de pesetas para el Pontífice
RELIGIÓNEl Papa tiene coche nuevo. Se trata de un majestuoso modelo Lancia que acaba de regalarle la casa Fiat con motivo del Jubileo del 2000. El coche, una limousine negra, de cinco metros de longitud, pesa dos toneladas y está valorada en 255 millones de pesetas. El propio presidente del grupo italiano de automoción, Paolo Fresco, se desplazó al Vaticano para hacer entrega al Pontífice del lujoso vehículo, dotado de un potente motor, cambio automático y una marcha reducida para ir a paso humano, cuando así lo requiera la entrada triunfal de Juan Pablo II en estadios o avenidas repletas de gente.El coche es un modelo único pensado, hasta en los mínimos detalles, para el Pontífice. En su interior, forrado en delicada piel color burdeos, el respaldo del asiento papal ostenta el escudo vaticano bordado en oro. Pensando en las necesidades de un Papa que ama los encuentros de masas, el techo rígido del vehículo puede abrirse, permitiendo al ilustre propietario ponerse de pie y mantenerse en esta posición. El coche está equipado, además, con radio y ocho altavoces para amplificar la voz del Pontífice.
Con este nuevo Fiat, el vehículo estrella de la escudería del Papa vuelve a ser italiano. Hasta ahora, el principal coche de Juan Pablo II era un Mercedes S500, Landaulet, regalado al Pontífice por la casa alemana en marzo de 1997. De la misma marca, Wojtyla tiene a su disposición no menos de otros dos modelos y dos papamóviles con cristal antibalas. Los dos antecesores inmediatos de Juan Pablo II, Juan XXIII y Pablo VI, usaron siempre coches Mercedes en sus desplazamientos. Y Mercedes era el vehículo que dejó tirado a Pío XII cuando, el 13 de julio de 1943, el Pontífice se dirigía a un barrio romano a visitar a las víctimas de un bombardeo.
