Aumenta el número de accidentes mortales en las carreteras catalanas
Los accidentes mortales en las carreteras, la lacra que la sociedad fatalmente acepta, han aumentado en lo que llevamos de año. Desde el 1 de enero hasta el pasado lunes día 20 se habían registrado en las carreteras catalanas 588 muertos, 4 más que los que se produjeron en el mismo periodo del año anterior, con lo que el año podría acabar muy cerca de los 600 fallecidos. Estos datos fueron analizados ayer por la Comisión de Tráfico y Seguridad Viaria, que ha elaborado un plan de trabajo para frenar este imparable goteo de muertos.
Xavier Pomés, consejero de Interior y presidente de la Comisión de Tráfico, organismo público en el que participan entidades como el Real Automóvil Club o las autoescuelas, explicó ayer a la salida de la reunión que las cifras sobre sinistralidad en la carretera son preocupantes. "Respecto a las de 1998, no tan sólo no se han controlado, sino que la tendencia que marcan es claramente alcista", precisó Pomés.Para intentar reducir estos trágicos datos, la Comisión de Tráfico elaboró un plan-guía de trabajo de cuatro puntos. El primer punto habla de elaborar campañas de sensibilización, porque, se argumenta, "la sociedad acaba resignándose a que cada año muera un determinado número de personas en la carretera".
El segundo punto es claramente punitivo y prevé aumentar los controles policiales para combatir la indisciplina al volante. Se trataría de incrementar los controles de alcoholemia y de velocidad, dos de los factores, el alcohol y la velocidad, presentes en muchos siniestros. Desde el 1 de enero y hasta el pasado 31 de agosto, en las carreteras controladas por la División de Tráfico de los Mossos se produjeron 117.000 controles de velocidad, de los que 5.531 fueron positivos y en algunos casos por sobrepasar el límite de velocidad en 60 kilómetros a la hora.
Otro punto estudiado recoge medidas de formación en educación viaria. Estas medidas abarcarían incluso al análisis de las pruebas que tienen que pasar las personas que se sacan el carnet de conducir para ver si lo que se exige para superar la prueba se adapta a las condiciones de la sociedad actual. "No se trata sólo de enseñar a conducir una máquina, sino también de educar conductas", señala Pomés. En este apartado, además, la Administración estudia la posibilidad de aumentar las pruebas médicas y técnicas que se realizan cuando se renueva el carnet de conducir.
El último apartado se refiere al análisis de la legislación con el objetivo de hacer más efectivo el cumplimiento de las sanciones y los controles sobre la retirada de los carnets de conducir.
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