Tramos conflictivos
Siete de cada diez accidentes registrados en lo que va de año en las carreteras vascas se deben a factores humanos, es decir, al exceso de velocidad, a la distracción de los conductores y al consumo de alcohol. Según la estadística hecha pública ayer por el Departamento de Interior, un total de 153 personas han fallecido desde el pasado enero hasta el 1 de noviembre en accidentes de tráfico, lo que supone un 9,5% menos que en el mismo periodo del año pasado. El descenso se ha producido a pesar de que el número de siniestros ha aumentado un 5%.
La mayoría de los accidentes ocurridos entre 1995 y 1998 en la red preferente se concentraron en tres carreteras: la N-634 (San Sebastián-La Coruña); la A-8 (autopista del Cantábrico), y la N-1 (Madrid-Irún, a su paso por Álava).En la N-634 destacan los accidentes en los tramos kilómetricos cercanos a Orio, el Alto de Iztiar y en Zaldibar. Los percances más habituales son la colisión en marcha, los atropellos. Se trata de sucesos en los que también se ven implicados a menudo vehículos ligeros junto con los de dos ruedas, bicicletas o motos.
En cuanto a la A-8, la variante de San Sebastián y de Bilbao son los principales puntos negros. Son habituales los accidentes de choque con obstáculo y los ocurridos con lluvia. Las infracciones al código de circulación y la velocidad excesiva son las causas de la mayoría de los siniestros ocurridos en esta vía.
A diferencia de las anteriores, la N-1 registra gran número de accidentes con vehículos pesados. El tramo anterior y posterior al Condado de Treviño, en Álava, y el Puerto de Etxegarate y la zona de Andoain, en Guipúzcoa, aglutinan gran parte de los siniestros. Según el informe de Interior y del Eustat, son frecuentes los accidentes nocturnos y los debidos a la conducción bajo los efectos del alcohol u otro tipo de drogas.
Los accidentes de carretera aumentan un 5%, pero descienden un 9,5 % las víctimas mortales
Este balance provisional, a falta de que se completen las cifras del mes de diciembre, hace prever al departamento que este año se retomará la tendencia a la baja en cuanto a víctimas mortales que ha caracterizado a la década de los noventa y que se rompió en 1998, cuando se cerró el año con 186 muertos, lo que provocó gran zozobra entre los responsables de Interior. Hasta el pasado 1 de diciembre se han registrado 15.193 accidentes. El número de heridos graves alcanzó los 941 que, en comparación con cifras del periodo anterior, supone una disminución del 13%.
El análisis por territorios muestra diferencias notables. Guipúzcoa presenta las mejores estadísticas. Aunque el número de accidentes ha aumentado un 5,4%, los fallecidos han sido un 26% menos, pasando de los 74 de 1998 a los 55 de este año. Asimismo, el número de heridos graves y leves ha bajado, suponiendo en conjunto una disminución del 19,5%.
Vizcaya también sigue en la estela positiva de Guipúzcoa, aunque sus datos no son tan buenos. Los accidentes han descendido un 4%, hasta situarse en 6.622, y el número de muertos ha sido de 53, frente a los 55 de 1998. En cuanto a los heridos, los de carácter grave han bajado un 7%, mientras que los leves han subido un 18%.
El informe sobre siniestralidad en las carreteras es peor en Álava. Los accidentes llegaron a los 1.781 (un 10% más) y la cifra de personas que perdió la vida fue de 45 (un 13% más). Los heridos, tanto graves como leves, sin embargo, han experimentado un descenso del 17% y del 29%, respectivamente.
Sensación de riesgo
El grupo de conductores comprendido entre los 25 y los 44 años de edad es el que mayor número de fallecimientos presenta, seguido del de jóvenes de entre 14 y 24 años. Entre ambos segmentos de población suman más del 60% de las personas que mueren en la red viaria vasca. El hecho de que los automóviles dispongan de mayores medidas de seguridad, lleva a muchos conductores, especialmente a los más jóvenes, a reducir la sensación de riesgo al volante. Así, piensan de forma errónea que pueden superar sin peligro los límites, pero el riesgo en las carreteras no disminuye, recuerdan desde Interior.
Por otra parte, este departamento y el Instituto Vasco de Estadística-Eustat presentaron también ayer un estudio sobre la accidentalidad en la red de carreteras de la Comunidad Autónoma entre 1995 y 1998, en el que se constata que en una veintena de vías (las correspondientes a la red preferente), de las 800 catalogadas en Euskadi, suceden el 50% de los siniestros. Las vías de la red preferente son las auténticas vertebradoras del entramado vial vasco. Son las que soportan las mayores intensidades de tráfico. De ahí el interés de este trabajo de investigación, según indicó el director de Tráfico, Jesús Arana. "Los datos del trabajo permitirán a Interior conocer las características particulares de los percances en estas vías para, a partir de ahí, intentar conocer más de cerca la realidad particular y específica de cada una de ellas y las medidas a adoptar".
El trabajo se centra en los accidentes donde se registraron víctimas, muertos o heridos. Entre otras revelaciones, el informe destaca que en un 6% hubo muertos y que el tipo de percance más habitual es el de las colisiones en marcha y las salidas de calzada, en un 49 y un 33%, respectivamente.
En el 62% de los siniestros la carretera estaba limpia y hacía buen tiempo. En el 83% de los casos los accidentes se ubicaban fuera de los cruces. La distracción del conductor (38%), y la velocidad inadecuada para las condiciones de la calzada (28%) son las principales causas del suceso. El estado de la vía o del vehículo y la meteorología adversa a la conducción apenas provocan el 5% de los accidentes.
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