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Los índices bursátiles consiguieron ayer nuevos máximos históricos en un mercado mayoritariamente inclinado a la baja, pero en el que los grandes valores imponen fácilmente su ponderación.La Bolsa de Madrid subió el 0,40%, 4,06 puntos, y sitúa su indicador en 1,009,93 puntos, mientras que el ambiente entre los inversores no es, precisamente, de alegría. Para la mayoría este es un año de minusvalías y muchos consideran que es tarde para rectificar, ya que los valores que tiran del conjunto parecen estar demasiado caros, criterio que ya esgrimían hace un par de meses.

La estabilidad fue ayer una norma para los mercados financieros, en los que los altibajos fueron muy moderados y apenas ofrecían contrastes con los datos de los cierres anteriores. El volumen negociado en el mercado continuo fue de 207,064 millones de pesetas efectivas, 1.244,48 millones de euros, una cifra muy alejada del máximo histórico del pasado viernes y mucho más adecuada a la realidad del mercado. Entre tres valores concentraron cerca de la mitad del negocio, pero resulta más significativo que entre 10 sociedades se quedaban con las tres cuartas partes del mercado.

El euro volvió a ceder posiciones ante el dólar y obtenía un cambio oficial de 1,0096 dólares, para caer a última hora de la tarde hasta 1,0060. El mercado de deuda se mantuvo muy estable y la rentabilidad a 10 años subió una centésima, hasta el 5,45%.

El temor de los inversores a posibles subidas de los tipos de interés se manifestaba con toda su fuerza en la Bolsa norteamericana, en la que la reunión del Comité del Mercado Abierto de la Reserva Federal puso en guardia a los inversores, temerosos de que el ritmo de crecimiento de su economía decida a la autoridad monetaria a adelantar acontecimientos con otra subida preventiva de los tipos de interés.