La violencia juvenil es la mayor preocupación de la sociedad catalana

La violencia juvenil es el problema que más preocupa a la sociedad catalana, según refleja la encuesta de seguridad pública de Cataluña, elaborada por el Instituto de Estadística y la Universidad de Barcelona por encargo del Departamento de Interior. La encuesta, no proporcional, ha sido realizada a 5.320 personas mayores de 16 años de toda Cataluña. En una escala de preocupación del cero al diez, los entrevistados califican con la nota más alta, un 8,58, el fenómeno de la violencia juvenil.

En una escala de justificación -el cero sería comprensión total y el diez, mano dura-, los entrevistados, con una nota de 8,43, se inclinan claramente por políticas de rigor para erradicar los desmanes de las bandas de skinheads (cabezas rapadas) y del resto de grupos juveniles violentos. La posibilidad de que los jóvenes puedan acceder a un puesto de trabajo y la persecución de los traficantes de droga son las medidas que los ciudadanos catalanes consideran más eficaces para ayudar a terminar con la violencia juvenil.En cambio, la población catalana es claramente partidaria de posiciones de equilibrio y de tolerancia respecto al fenómeno de la inmigración irregular. Según Xavier Pomés, consejero de Interior, la encuesta refleja que Cataluña "huye de la xenofobia". En esta escala de comprensión, a los emigrantes irregulares se les califica con un 5,53, mientras que al pernicioso fenómeno de las drogas los entrevistados le dan un 6,76, y a la delincuencia, un 7,26.

Según Juli Sabaté, profesor de la Universidad de Barcelona y uno de los autores de la encuesta, ésta se dessarrolló para cubrir un cuádruple objetivo: medir la delincuencia desde la perspectiva de las víctimas, ver la repercusión de los hechos delictivos entre la población, evaluar el servicio que dan los Mossos d"Esquadra -por ello la encuesta no es proporcional a la población catalana y buena parte de la misma se ha realizado con entrevistas en las comarcas en las que los Mossos son la policía ordinaria- y medir los problemas derivados de la movilidad de los catalanes.

Respecto al nivel de victimización, un índice que sirve para determinar el número de delitos sufridos por los ciudadanos contra su persona y contra sus bienes, es decir, para calibrar la percepción de seguridad o inseguridad que tiene el ciudadano, la encuesta dada a conocer ayer fija en el 12,84% de los entrevistados los que dicen haber sido víctimas de algún hecho delectivo a lo largo de un año. El índice de victimización de 1990 en la ciudad de Barcelona era del 18,00%, en 1995 bajó al 15,80% y en 1998 fue del 13,40%. "Una tendencia claramente a la baja, como viene sucediendo en los últimos años", precisó Pomés.

La mayor parte de las experiencias de victimización tienen relación con los coches , el 6,55%, y en segundo lugar figuran los ataques contra la seguridad personal con el 2,89%.

Los ciudadanos encuestados que viven en las demarcaciones en las que los Mossos son la policía ordinaria valoran este cuerpo con una nota de 7,44, mientras que en el conjunto de Cataluña esta valoración baja a un 7,19.