La "operación antiterrorista" es ya una guerra de gran intensidad
El parte de guerra correspondiente a ayer no se facilitará hasta la mañana de hoy, pero el del día anterior dejaba ya suficientemente claro que lo que Rusia insiste en llamar "operación antiterrorista" en Chechenia es una guerra en toda regla.Además del bombardeo incesante de artillería, según datos del cuartel general de los federales en Mozdok, la aviación efectuó ese día 83 misiones de combate con aviones Sujói-24 y Sujói-25 y helicópteros Mi-24 sobre las posiciones rebeldes en las montañas del sur, en los distritos de Shatói y Vedenó y en los suburbios de Grozni.
Según las mismas fuentes, fueron destruidas 17 posiciones chechenas, dos centros de comunicaciones, dos baterías antiaéreas y cinco camiones. Además, resultaron dañados cuatro puentes, se minaron cinco tramos de carretera y se establecieron siete puestos de control en las montañas.
La versión oficial sostiene que las tropas rusas participaban en "luchas posicionales" en los suburbios orientales de Grozni, mientras que las tropas de Interior habían completado la "operación de limpieza" de Shalí (al este de la capital), durante la cual se habían confiscado más de 500 armas. Las armas siguen llevando la voz cantante en Chechenia, pese a las peticiones llegadas desde el exterior de que haya un alto el fuego y se abran negociaciones con el presidente, Aslán Masjádov.
Serguéi Shoigú, el ministro para Situaciones de Emergencia y líder del partido del Kremlin Unidad, que está ganando muchos votos con esta guerra, se mostró ayer dispuesto al diálogo, con Masjádov o con quien sea, pero sólo "para salvar vidas", y nunca para buscar una solución política. Está muy equivocado quien espere "un segundo Jasaviurt", añadió, en referencia al acuerdo que el hoy presidente checheno y el general ruso Alexandr Lébed suscribieron el 31 de agosto de 1996, y que puso fin a la guerra anterior. El acuerdo asumido entonces por Lébed fue interpretado con amargura en Rusia como una rendición.
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